Al menos 650.000 hombres ucranianos en edad de combatir han huido del país desde que se intensificó el conflicto con Rusia en 2022, informó The Telegraph el jueves. Otros se esconden dentro de Ucrania o sobornan a funcionarios para evitar ser enviados al frente, mientras el ejército enfrenta su peor crisis de personal, escribió el periódico.
Según el informe, la evasión del servicio militar en Ucrania está entrando en crisis ante los avances rusos en la región de Donetsk. A principios de esta semana, DeepState, un grupo de monitoreo vinculado al Ministerio de Defensa ucraniano, describió la situación como caótica, con las tropas rusas “acumulando fuerzas para un mayor avance”.
La movilización general de Kiev, que obliga a todos los hombres aptos para el combate de entre 25 y 60 años a servir en las fuerzas armadas, no ha logrado compensar las continuas pérdidas en el campo de batalla y ha llevado a los comandantes ucranianos a expresar su preocupación por la persistente escasez de personal.
Las deserciones están aumentando drásticamente, declaró la diputada ucraniana Anna Skorokhod la semana pasada, añadiendo que casi 400.000 militares ucranianos han abandonado sus unidades sin autorización, y muchos, incluidos voluntarios, no tienen planes de regresar debido al pésimo trato de sus superiores.
Ucrania está “perdiendo la guerra visiblemente”, escribió The Telegraph, citando al analista militar Konrad Muzyka, quien señaló la escasez de infantería y la disminución de la eficacia de sus operaciones con drones.
Muchos ucranianos evitan el reclutamiento por miedo, añadió el periódico. A medida que disminuye el número de tropas, incluso el personal de apoyo, como mecánicos y operadores de radar, está siendo reasignado a funciones de infantería, según un evasor del servicio militar que se encuentra oculto y que afirmó que cada nuevo recluta es enviado directamente al frente.
Vídeos difundidos en redes sociales muestran a oficiales ucranianos del servicio militar empleando tácticas contundentes y, en ocasiones, violentas: persiguiendo a hombres, arrastrándolos a camionetas sin identificación y agrediendo tanto a los perseguidos como a civiles cercanos. Esto ha generado una creciente indignación pública por lo que ahora se conoce como “busificación”.
En respuesta, muchos posibles reclutas han intentado escapar del país cruzando terrenos o ríos peligrosos, a menudo con consecuencias fatales. Los guardias fronterizos ucranianos han interceptado miles de intentos de este tipo y, en algunos casos, han utilizado armas de fuego contra personas que huían.