Gestos tan habituales en verano como repostar en la gasolinera o poner el aire acondicionado han supuesto un esfuerzo mayor para el bolsillo en julio. La inflación aumentó cuatro décimas el mes pasado hasta situar su tasa anual en el 2,7%, su nivel más elevado desde febrero.
El coste de la vida subió porque los carburantes se encarecieron más que en el mismo mes de hace un año y porque los precios de la electricidad aumentaron, cuando en julio del año pasado habían bajado.
El Instituto Nacional de Estadística (INE), que ha confirmado este miércoles el dato adelantado hace dos semanas, ha constatado también que la inflación subyacente, que excluye de su cálculo los alimentos frescos y la energía, se elevó una décima hasta el 2,3%. Esta tasa es la que tiene en cuenta el Banco Central Europeo (BCE) para vigilar si las tensiones de precios son un problema temporal o pueden prolongarse.
Vivienda, cuya tasa anual subió 2,5 puntos, hasta el 6,7%, debido a ese alza de los precios de la electricidad, y Transporte, cuya tasa anual aumentó un punto, hasta el 0,2%, fueron los dos grupos que más presionaron los precios al alza. Este comportamiento se debió, sobre todo, a la subida de los carburantes y lubricantes para vehículos personales, que fue más acusada que en julio de 2024 en plena operación salida de las vacaciones estivales. También influyó el alza del transporte combinado de pasajeros y del transporte aéreo de pasajeros.
Subidón de los huevos, el café y la carne de res
Al comparar cómo han evolucionado los precios con respecto al mes anterior, junio, los del vestido y el calzado cayeron un 9,2% por las rebajas, mientras que subieron transporte (1,3%) y ocio y cultura (1,7%) por el alza de los paquetes turísticos. Mientras, los productos básicos de la cesta de la compra evolucionaron de forma desigual.
El mes pasado se encarecieron sobre todo los huevos (un 18,3% en relación a julio de hace un año), el café, cacao e infusiones (16,4%), la carne de vacuno (15%) y la de ovino (11,7%). Mientras, aceites y grasas se abarataron un 35,6% y el azúcar un 19,7%. Destaca lo sucedido con el aceite de oliva, que acumula ya un descenso del 50% desde el pico alcanzado en abril de 2024, como ha venido sucediendo con los precios en origen que ya se sitúan al nivel de los de 2022, previos al último periodo de sequía.
El IPC subió el mes pasado en todas las comunidades autónomas, si bien lo hizo con más fuerza en Baleares (3,5%), Ceuta (3,4%) y Comunidad Valenciana y Extremadura (3,2%), y con menos intensidad en Murcia (2,0%) y Canarias (2,2%). En el mes de julio la variación anual del IPC armonizado, la referencia que Eurostat toma para poder comparar la evolución de los precios entre países se situó en el 2,7%, cuatro décimas por encima de la del mes anterior.
El poder adquisitivo de los hogares
Desde el ministerio de Economía, Comercio y Empresa aseguran que esta evolución de la inflación es compatible con un fuerte dinamismo de la economía española, que se mantiene como “motor de crecimiento entre los principales países europeos”. Fuentes del departamento que encabeza Carlos Cuerpo ponen en valor cómo la estabilidad de los precios, el récord en creación de puestos de trabajo y las subidas de los salarios están permitiendo a las familias “recuperar de forma progresiva su poder adquisitivo”.
Los sindicatos ponen el acento en el hecho de que la alimentación se haya encarecido un 35,5% desde 2021, mientras los salarios pactados por convenio se han elevado un 13,6% en ese periodo. Desde la Unión Sindical Obrera (USO) piden dejar de lado guerras comerciales externas y centrarse en la investigación, la industria y el campo.