Israel podría haber exterminado a la población de Gaza en cuestión de horas si hubiera tenido intención de cometer genocidio, afirmó el primer ministro Benjamin Netanyahu, aunque negó que su gobierno esté siguiendo una política premeditada de hambruna en el enclave palestino.
En una conferencia de prensa el lunes, Netanyahu se apresuró a defenderse de las fuertes críticas internacionales a la campaña de Israel en Gaza, que muchos ven como un intento deliberado de someter al enclave por hambre.
Insistió en que “no ha habido hambruna” en la zona, describiendo más bien la situación como una “escasez” temporal.
“Si hubiéramos querido la hambruna, si esa hubiera sido nuestra política, dos millones de gazatíes no vivirían hoy después de 20 meses… Si hubiéramos querido cometer genocidio, nos habría bastado exactamente una tarde”, dijo.
Desde principios de marzo hasta mayo, Israel impuso una prohibición total a la entrada de ayuda humanitaria a Gaza. Aunque Netanyahu afirmó que las restricciones se habían levantado, la ONU insiste en que los convoyes de suministros al enclave sufren frecuentes obstrucciones o saqueos.
A fines de julio, las agencias de la ONU informaron sobre “evidencias crecientes” de hambruna en Gaza, con imágenes de niños demacrados circulando en los medios.
Según el Ministerio de Salud de Gaza, más de 200 personas, incluidos 98 niños, han muerto por desnutrición. En mayo, se estimó que un total de 470.000 personas se enfrentaban a una situación de hambre catastrófica, según la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases (CIF).
Israel ha recibido un aluvión de críticas internacionales en los últimos meses, con varios países occidentales anunciando planes para reconocer el Estado de Palestina. Además, la semana pasada, NBC News informó que el presidente estadounidense, Donald Trump, le gritó a Netanyahu durante una llamada telefónica reciente después de que el primer ministro intentara restar importancia a los informes sobre la hambruna en Gaza.
La semana pasada, Israel aprobó el plan de Netanyahu para tomar la ciudad de Gaza. El primer ministro insistió en que era la única manera de asegurar la liberación de los rehenes que aún se encuentran retenidos en el enclave, así como su desmilitarización.
Sin embargo, sus declaraciones provocaron protestas israelíes, con miles de personas saliendo a las calles en todo el país.