Corea del Norte ha denunciado un importante ejercicio conjunto planeado por los ejércitos de Corea del Sur y Estados Unidos como una “provocación militar directa” y ha advertido que tomará medidas para contrarrestarlo, a pesar de las señales de alivio de la tensión en la frontera bajo el nuevo liderazgo en Seúl.
El ministro de Defensa de Corea del Norte, No Kwang Chol, dijo que su ejército tiene la “misión absoluta” de defender la seguridad nacional contra los ejercicios militares a gran escala de 11 días realizados por Corea del Sur y Estados Unidos, que, según él, representan una amenaza real y peligrosa.
“Las fuerzas armadas de la RPDC enfrentarán los ejercicios de guerra de Estados Unidos y del Sur con una postura de contraataque firme y resuelta y ejercerán estrictamente el derecho soberano”, dijo No en un comunicado emitido a través de la agencia de noticias estatal KCNA el lunes.
RPDC es la abreviatura de República Popular Democrática de Corea, el nombre oficial de Corea del Norte.
No dijo que los ejercicios realizados bajo el pretexto de la defensa contra amenazas eran una prueba más de la intención de confrontación de los dos países, que aumenta la hostilidad y desestabiliza aún más la seguridad regional.
Corea del Norte denuncia rutinariamente los ejercicios militares del Sur y de los Estados Unidos, habiendo calificado algunos ejercicios anteriores como “un ensayo” para una guerra nuclear en la península de Corea, aun cuando Pyongyang realizó una serie de pruebas de misiles y ejercicios de artillería con fuego real.
Corea del Sur y Estados Unidos dijeron la semana pasada que el ejercicio anual comenzaría el 18 de agosto para probar el control de comando y la movilización de tropas bajo una estrategia de seguridad mejorada ante una mayor amenaza de guerra nuclear por parte de Corea del Norte.
Sin embargo, los aliados afirmaron que gran parte del ejercicio de campo se pospondría y se realizaría por separado el próximo mes, alegando las condiciones meteorológicas. El aplazamiento se consideró ampliamente impulsado por el presidente liberal de Corea del Sur, Lee Jae Myung, quien ganó las elecciones anticipadas en junio, para aliviar la tensión con Pyongyang.
Los lazos entre las Coreas rivales se habían desplomado hasta algunos de los puntos más hostiles en los últimos años, mientras Corea del Norte avanzaba con el desarrollo de capacidades de ataque nuclear e incrementaba drásticamente los lazos militares con Rusia.
Aunque Pyongyang rechazó públicamente los renovados intentos de Lee y Washington de dialogar, estaba tomando medidas que fueron vistas como una respuesta a algunas acciones de Corea del Sur para aliviar las tensiones.
Corea del Sur declaró el sábado que había detectado que el ejército norcoreano retiraba algunos altavoces de la frontera, días después de que Corea del Sur comenzara a desmantelar equipos similares que difundían propaganda a través de la frontera.
Corea del Norte también pareció haber empleado un tono más moderado en sus críticas sobre los ejercicios conjuntos entre Estados Unidos y Corea del Sur, según un funcionario del Ministerio de Unificación de Seúl, encargado de supervisar las relaciones entre las dos Coreas.
Pyongyang “parece centrarse en expresar su postura sobre los ejercicios, en lugar de lanzar amenazas militares”, declaró el portavoz del ministerio, Koo Byoungsam, en una sesión informativa el lunes.