El presidente Donald Trump dijo el miércoles que impondría un arancel del 100% a los chips de computadora, excepto a las empresas que se comprometan a “construir” en suelo estadounidense.
La amenaza aumenta la perspectiva de precios más altos para productos esenciales que dependen de los procesadores y presionará a las empresas tecnológicas estadounidenses, que a menudo dependen de Asia para obtener chips.
Esto también ocurre más de tres meses después de que Trump eximiera temporalmente a la mayoría de los productos electrónicos de sus aranceles más onerosos.
El presidente anunció el arancel junto con el director ejecutivo de Apple, Tim Cook, el miércoles, quien afirmó que su empresa invertiría 100 000 millones de dólares adicionales en la fabricación nacional. Esto se suma a un compromiso previo asumido en febrero, lo que eleva el total a 600 000 millones de dólares.
Esta promesa surge tras anuncios similares de empresas como TSMC y Nvidia, que han prometido invertir más en Estados Unidos. Las grandes tecnológicas ya se han comprometido colectivamente a invertir alrededor de 1,5 billones de dólares en el país desde que Trump regresó a la Casa Blanca en enero.
Ahora la pregunta es si el acuerdo negociado entre Cook y Trump será suficiente para aislar los millones de iPhones fabricados en China e India de los aranceles que la administración ya ha impuesto y reducir la presión sobre la compañía para que aumente los precios de los nuevos modelos que se espera se presenten el próximo mes.
Wall Street parece creerlo. Tras un alza del 5% en el precio de las acciones de Apple durante la sesión regular del miércoles, las acciones subieron más del 2% en la sesión extendida tras el anuncio de la exención por parte de Trump.
Las acciones del fabricante de chips de inteligencia artificial Nvidia, que también ha asumido recientemente grandes compromisos con Estados Unidos, subieron marginalmente en las operaciones extendidas para sumarse al aumento de 1 billón de dólares en valor de mercado que la compañía de Silicon Valley ha obtenido desde el inicio de la segunda administración de Trump.
La demanda de chips de computadora ha estado aumentando en todo el mundo, con ventas que aumentaron un 19,6% en el año finalizado en junio, según la organización World Semiconductor Trade Statistics.
Las amenazas arancelarias de Trump marcan una ruptura significativa con los planes existentes para revivir la producción de chips de computadora en Estados Unidos que se elaboraron durante la administración del presidente Joe Biden.
Desde que asumió el cargo de presidente de Biden, Trump ha estado implementando aranceles para incentivar una mayor producción nacional. En esencia, el presidente apuesta a que la amenaza de un aumento drástico en los costos de los chips obligará a la mayoría de las empresas a abrir fábricas en el país, a pesar del riesgo de que los aranceles reduzcan las ganancias corporativas y eleven los precios al consumidor.
En cambio, la Ley bipartidista CHIPS y Ciencia, promulgada por Biden en 2022, destinó más de 5000 millones de dólares para apoyar nuevas plantas de chips informáticos, financiar la investigación y capacitar a los trabajadores de la industria.
La combinación de apoyo financiero, créditos fiscales y otros incentivos financieros pretendía atraer la inversión privada, una estrategia a la que Trump se ha opuesto abiertamente.