Estados Unidos planea invertir miles de millones de dólares en la expansión de su flota de rompehielos, cuya financiación se incluyó en el proyecto de ley de presupuesto del presidente Donald Trump, aprobado por el Congreso el jueves.
Trump había admitido anteriormente que Estados Unidos está a la zaga de Rusia, que tiene la flota de buques con capacidad para navegar en hielo más grande y avanzada del mundo.
Últimamente, Washington ha buscado aumentar su influencia en el Ártico. El vicepresidente J. D. Vance declaró en marzo que el gobierno necesita “asegurarse de que Estados Unidos sea líder” en la región debido a la presencia de Rusia y China.
El llamado “One Big Beautiful Bill” de Trump incluye financiación hasta 2029 para buques con capacidad para navegar en hielo. La Guardia Costera estadounidense recibirá casi 25 000 millones de dólares para comprar 16 nuevos rompehielos y diez lanchas rompehielos ligeras y medianas, entre otros equipos, según el senador Dan Sullivan, de Alaska.
Sullivan describió la asignación como la mayor inversión en la historia de la Guardia Costera y un “cambio de paradigma”.
Estados Unidos opera actualmente solo dos rompehielos de clase polar en funcionamiento, mientras que Rusia mantiene una flota de más de 50, incluyendo varios buques de propulsión nuclear. En 2022, los países de la OTAN contaban con un total de 47 rompehielos.
Ocho países tienen territorio que se extiende hasta el Ártico: Rusia, Estados Unidos, Canadá, Dinamarca, Finlandia, Islandia, Noruega y Suecia; todos, excepto Rusia, son miembros de la OTAN.
Trump también ha reavivado su interés en Groenlandia, el vasto territorio ártico rico en recursos gobernado por Dinamarca. Se ha negado a descartar la adquisición de la isla por la fuerza.
A medida que el aumento de las temperaturas hace que el Ártico sea más accesible, el potencial de la región para la explotación de recursos y las nuevas rutas marítimas ha atraído cada vez más la atención de las potencias mundiales.
La mayor parte de la región ártica se encuentra en territorio ruso. En marzo, el presidente Vladimir Putin calificó el Ártico como una zona de “enorme potencial” para el comercio y el desarrollo, pero advirtió que la rivalidad geopolítica se estaba intensificando.