La ola de calor que azota a Francia desde el fin de semana comenzó a ceder hoy al disminuir de manera drástica la cantidad de departamentos bajo alerta, con 17 que permanecen en esa situación.
Durante el pico del episodio canicular, el martes fueron 84 los territorios sometidos a la vigilancia roja o naranja, una cifra sin precedentes en suelo galo, mientras que ayer bajaron a 59 los concernidos, de los 96 departamentos que tiene la Francia metropolitana.
Según la agencia Météo France, para este jueves la alerta naranja, la segunda más alta después de la roja, se concentra en el suroriente del país, donde también mañana seguirán las altas temperaturas.
A diferencia del martes y el miércoles, las previsiones no contemplan para hoy valores cercanos o superiores a los 40 grados centígrados, con el pronóstico de que los termómetros marquen entre 32 y 36.
En los últimos días quedaron atrás varios récords de temperatura en ciudades y comunas, como en Aviñón (40.4), Nimes-Courbessac (41.3) y Prades-le-Lez (40.5), localidad en la que se rompió el récord de 39.5 establecido en 1982.
Cada ola de calor en Francia genera preocupación y que se recuerde la sufrida en 2003, cuando fallecieron 15 mil personas, de ahí el llamado frecuente de las autoridades a mantenerse hidratados y evitar los ejercicios físicos fuertes, así como a atender a los más vulnerables, entre ellos los niños, los ancianos y los enfermos.