El Gabinete de Bucarest adoptará el lunes las primeras medidas de austeridad para reducir el déficit presupuestario de Rumanía. Las medidas se debatieron en una reunión gubernamental e incluyen recortes a ciertas bonificaciones.
El déficit presupuestario de Rumanía alcanzó el 9,3% del PIB en 2024. La Comisión Europea ha dado como plazo el 15 de octubre para evaluar medidas para reducir el déficit y limitar el gasto al 2,8% en 2025 y al 2,6% en 2026. Este año, se espera que el gasto crezca un 6,6%.
Las tres principales agencias de calificación financiera han situado a Rumanía al final de su lista de países de interés para los inversores, con una perspectiva negativa. Un poco más, el país caerá en la categoría de países no recomendados para la inversión.
Se suponía que se tomarían medidas correctivas antes del 30 de abril, pero no se presentó el informe anual de progreso y el gasto presupuestario aumentó mucho más rápido de lo recomendado. El nuevo gobierno ha declarado que la reducción del déficit presupuestario es una prioridad. El paquete de medidas para reducir el gasto público incluirá la reducción de los tres tipos del IVA a dos.
Se están considerando impuestos adicionales a los bancos y al juego, impuestos especiales más altos sobre la gasolina y el alcohol y mayores contribuciones a los fondos de salud y pensiones.
En 2026, el impuesto predial aumentará según los valores de mercado, así como los impuestos sobre las ganancias de capital y los dividendos. Han comenzado los recortes al aparato estatal y a las prestaciones para funcionarios. Por ejemplo, el gobierno quiere eliminar las asignaciones para trabajos informáticos y para trabajos con fondos europeos, incluso si estos trabajos implican la pérdida de estos fondos, y recortar el gasto en educación: el presupuesto destina mil millones de euros solo a becas estudiantiles, promete eliminar las pensiones especiales y reformar las empresas estatales.
El 20 de junio, el presidente rumano Nicușor Dan nombró oficialmente a Bolojan como primer ministro del país.