El primer ministro español, Pedro Sánchez, pidió perdón a la nación el jueves después de que un confidente cercano a su Partido Socialista fuera puesto bajo investigación por su presunta participación en un plan de sobornos.
El caso perjudicial es el último escándalo legal, ninguno de los cuales ha ido más allá de la fase de investigación preliminar, que ha perseguido al círculo íntimo del partido de Sánchez y a su familia durante el último año.
El propio Sánchez no ha sido acusado de ninguna irregularidad.
“Quiero pedir perdón a la ciudadanía porque el Partido Socialista y yo mismo como su secretario general no debimos haber confiado en él”, dijo, en referencia al diputado socialista Santos Cerdán.
Sánchez habló horas después de que el Tribunal Supremo español dijera que Cerdán es sospechoso de estar involucrado en un supuesto plan de sobornos para contratos gubernamentales.
Era parte de una investigación en curso que ya había apuntado a la participación de otro exministro en el Gobierno de Sánchez.
Cerdán era el número tres del Partido Socialista hasta que dimitió el jueves.
“Conozco a Santos Cerdán desde 2011… y he trabajado codo con codo con él”, dijo, añadiendo que pase lo que pase en el proceso judicial “esto es una enorme decepción”.
En la sede del Partido Socialista en Madrid, Sánchez pidió repetidamente perdón a la opinión pública española y dijo que se había enterado de las acusaciones de corrupción contra Cerdán sólo unas horas antes.
Sánchez dijo que Cerdán está defendiendo su inocencia
El acto público de contrición de Sánchez se produce unos 14 meses después de que se tomara cinco días libres para considerar su futuro político cuando un juez inició una investigación a su esposa, Begoña Gómez, por presunto tráfico de influencias.
En lugar de renunciar, dijo que seguiría luchando y denunció lo que llamó una “campaña de desprestigio” por parte de medios de comunicación alineados con grupos políticos de derecha.
El líder español dijo el jueves que ordenaría una auditoría externa de las cuentas del Partido Socialista, pero se negó a convocar elecciones anticipadas como sus oponentes políticos han exigido durante meses.
“No habrá elecciones hasta 2027, porque no se trata de mí ni del Partido Socialista. Se trata de un proyecto para generar un cambio positivo en el país”, dijo Sánchez.
A pesar de liderar un gobierno en minoría, Sánchez afirmó estar seguro de poder concluir su mandato de cuatro años. Hasta el momento, ha mantenido el respaldo de los miembros más jóvenes de su gobierno y de numerosos partidos regionales y de izquierda más pequeños en el Parlamento.
“No hay ninguna crisis en mi Gobierno”, afirmó Sánchez.
Como secretario de organización del Partido Socialista, Cerdán ocupaba el tercer puesto más poderoso en el partido del primer ministro.
Poco después de que el tribunal hiciera público que había suficientes indicios de que Cerdán estaba involucrado en el supuesto plan de sobornos, Cerdán renunció a su escaño en el parlamento y a sus cargos en el partido.
Aunque nunca fue ministro, Cerdán estuvo a cargo de delicadas negociaciones políticas, incluidas las conversaciones clave entre los partidos socialistas y separatistas catalanes que permitieron a Sánchez formar un nuevo gobierno a fines de 2023.
Sánchez, de 53 años, uno de los líderes europeos con más años en el poder, ha demostrado hábiles habilidades de negociación para mantenerse en el poder desde 2018, cuando lideró la única moción de censura exitosa de España contra su predecesor, el conservador Partido Popular.
Esta semana, el Tribunal Supremo de España también anunció que llevaría a juicio al fiscal general del país por acusaciones de filtración de información confidencial en un caso de fraude fiscal que involucra al novio de Isabel Díaz Ayuso, la jefa conservadora de la región de Madrid y uno de los principales rivales políticos de Sánchez.
El pasado domingo, decenas de miles de personas protestaron en Madrid contra Sánchez en una concentración organizada por el Partido Popular bajo el lema “mafia o democracia”.