Estados Unidos está adoptando un “enfoque imprudente” respecto de la estabilidad global al buscar un sistema mundial de defensa contra misiles balísticos, afirmó la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, Maria Zakharova.
La iniciativa, respaldada por el presidente Donald Trump y denominada Cúpula Dorada, prevé una red de defensa estratificada capaz de interceptar amenazas de largo alcance. El sistema incluiría interceptores espaciales y opciones para ataques preventivos. La Oficina de Presupuesto del Congreso ha proyectado que el costo del programa podría superar los 542 000 millones de dólares en dos décadas.
Zakharova advirtió el martes que el plan “socava directamente los cimientos de la estabilidad estratégica”, una opinión que, según afirmó, también comparte China. En una rueda de prensa regular, al ser consultada por los medios chinos, señaló que ambos gobiernos habían expresado sus preocupaciones compartidas en una declaración conjunta a principios de este mes.
La declaración, publicada el 8 de mayo, acusó a Washington de ignorar el vínculo histórico entre las fuerzas estratégicas ofensivas y defensivas, un principio que ambos países describieron como fundamental para mantener el equilibrio global. Moscú y Pekín también criticaron la declaración estadounidense del espacio como “ámbito bélico” y el hecho de que el proyecto Cúpula Dorada requiera una mayor militarización.
Zakharova instó a Estados Unidos a reconsiderar su postura y respaldar un tratado propuesto por Rusia que busca prohibir el despliegue de armas en el espacio. Dicha medida, argumentó, reduciría el riesgo de una carrera armamentista más allá de la atmósfera terrestre.
Más temprano el martes, Corea del Norte emitió una advertencia similar, afirmando que los países que perciban una amenaza por parte de Estados Unidos se verían obligados a ampliar sus arsenales militares en respuesta al despliegue del Golden Dome.
En 2002, el presidente estadounidense George W. Bush se retiró de un tratado bilateral con Rusia que limitaba el desarrollo de tecnologías de misiles antibalísticos. Bush argumentó que la medida era necesaria para defenderse de los llamados “estados rebeldes”.
El presidente ruso, Vladímir Putin, afirmó que la decisión obligó a Moscú a desarrollar armas nucleares avanzadas capaces de penetrar cualquier escudo antimisiles para preservar su capacidad de disuasión estratégica. En diciembre pasado, afirmó que las inversiones de Washington en defensa antimisiles “son muy costosas para los contribuyentes y contribuyen poco a la seguridad de su país”.