Tuesday, July 8, 2025
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Un nuevo informe revela que más de la mitad de los agricultores europeos están dispuestos a protestar de nuevo

Ha pasado más de un año desde que agricultores de todo el continente bloquearon carreteras con tractores y llenaron calles en una de las mayores protestas agrícolas de los últimos años. ¿Sus quejas? Que el comercio con países fuera de la Unión Europea, junto con los bajos precios de los alimentos y las nuevas regulaciones ambientales, estaba afectando irreparablemente sus negocios.

Las protestas se habían intensificado en todo el continente hacia finales de 2023, pero alcanzaron su punto álgido a principios de 2024 cuando agricultores de varios países salieron masivamente a manifestarse. En Polonia, se bloquearon 260 carreteras principales; en Alemania, unos 6.600 agricultores se congregaron en Berlín (seguidas de manifestaciones en ciudades de todo el país); y en España, aproximadamente 2.000 llenaron las calles de Barcelona. Los Países Bajos, Bélgica e Irlanda también sufrieron disturbios generalizados.

Fueron impulsados ​​por elementos de la estrategia “De la granja a la mesa” del Pacto Verde Europeo, el acuerdo del Mercosur, la eliminación gradual de las exenciones fiscales y la disminución del nivel de ingresos.

Este mes, CropLife Europe publicó una encuesta de 93 páginas, en colaboración con IPSOS y Euronews, que describe la percepción de los agricultores de todo el continente sobre su sector y su futuro. ¿Se han resuelto sus quejas o están al borde de nuevas manifestaciones?

El informe entrevistó a casi 2.000 propietarios y copropietarios de explotaciones agrícolas de nueve países: Francia, Alemania, Rumanía, Polonia, Italia, España, Países Bajos, Bélgica e Irlanda, y las respuestas se ponderaron por superficie cultivada por país. Los objetivos específicos de la encuesta eran conocer el grado de satisfacción actual de los agricultores, su percepción de las medidas de la UE tras las protestas y su visión del futuro.

Esto es lo que aprendimos sobre el estado de la industria agrícola de Europa

La mayoría de los agricultores están decepcionados por la respuesta de los legisladores a las protestas.

Los agricultores europeos participaron activamente en las protestas del año pasado, y la mitad de los encuestados confirmó su participación. En Alemania, España y Países Bajos, la participación alcanzó hasta dos tercios, mientras que en Francia, Italia, Rumanía e Irlanda las cifras fueron más reservadas, con una participación de aproximadamente el 30-40%.

Las imágenes de las manifestaciones (tractores bloqueando carreteras, agricultores agitando carteles bajo lugares históricos) fueron impactantes, y el 40% de los encuestados estuvo de acuerdo en que las protestas mejoraron la percepción de su industria y lograron captar la atención de los medios y del público.

A pesar de ello, la gran mayoría de los propietarios de explotaciones agrícolas se mostraron decepcionados con la eficacia de las protestas: sólo el 16% consideró que tuvieron algún impacto, un sentimiento que se debe en gran medida a la falta de reformas políticas por parte de las autoridades locales y la UE.

Sólo el 3% de los encuestados estuvo de acuerdo en que las respuestas de las autoridades “superaron ampliamente [sus] expectativas”, mientras que un abrumador 89% confirmó que las reacciones de los legisladores habían sido “algo inferiores” o “muy inferiores” a sus expectativas.

Sorprendentemente, las respuestas positivas nunca alcanzaron los dos dígitos. Los agricultores italianos fueron los más desilusionados, pues solo el 1 % coincidió en que las acciones de las autoridades habían superado las expectativas. Incluso en Rumanía, más optimista, solo el 9 % de los agricultores optó por esta opción.

Al final, más del 90% de los agricultores están insatisfechos con las acciones políticas locales y europeas.

Los agricultores están peor hoy que hace un año

Quizás no sea de sorprender que los propietarios de granjas no se sientan particularmente optimistas sobre el estado actual de su industria.

Cuando se les pregunta cómo se compara su situación con la misma época del año pasado, muchos sienten que están en peor estado, y lo atribuyen a la competencia de importaciones de bajo costo originarias de fuera de la UE (68%), el aumento de impuestos (61%) y una mayor carga de trabajo administrativo (61%).

En Francia, Alemania, España e Italia, entre el 42 y el 61 % de los agricultores afirmaron sentirse pesimistas sobre el estado de sus explotaciones, lo que supone al menos el doble (y en algunos casos el cuádruple) de la cantidad de agricultores que se sienten positivos sobre su situación.

Las razones de este sentimiento negativo varían según el país, pero los puntos en común fueron el aumento de los costos y gastos, y la excesiva tributación. Otras preocupaciones se centraron en las restricciones y controles del mercado, la escasez de mano de obra y los problemas asociados a su expansión.

Las dificultades financieras de la agricultura se sintieron generalizadas

Un hallazgo destacado de la encuesta es que las perspectivas financieras para muchos agricultores europeos son sombrías.

Dos tercios de los propietarios encuestados consideran que no disponen de suficiente dinero para invertir en nuevas herramientas o maquinaria, ni para vender sus productos al precio adecuado. Casi el 70 % de los agricultores encuestados cree que el precio que reciben por sus productos no les permite obtener un margen de beneficio suficiente.

Quizás lo más alarmante es que casi el 60 % (58 %) no cree que su sueldo le permita cubrir las necesidades del hogar y no considera que sus ingresos sean “decentes”. Solo la mitad cree poder pagar sus préstamos y deudas empresariales actuales.

En general, todos los agricultores de los países encuestados se muestran pesimistas sobre su futuro en la agricultura. Solo los propietarios de los Países Bajos tienen una perspectiva ligeramente más optimista: el 40 % se muestra algo optimista, frente al 31 % pesimista. Por el contrario, los agricultores españoles se mostraron optimistas (12 %) y pesimistas (64 %), y los franceses (16 %) y pesimistas (55 %), respectivamente.

Una quinta parte de los agricultores dejarán de cultivar en los próximos cinco años
Dado que más de la mitad de los agricultores europeos tienen una percepción negativa sobre su futuro, está claro que se necesita una reforma urgente dentro del sector agrícola.

En este momento, una quinta parte de todos los agricultores han planteado planes para dejar de cultivar en los próximos cinco años, y un 5% planea abandonarlo dentro de doce meses.

Si bien la mayoría de las razones fueron personales (el 64% de los agricultores citaron la jubilación y los problemas médicos como incentivos, aunque considerando que el 44% de los participantes tenían más de 55 años, esto no es demasiado sorprendente), el 54% dijo que su salida estuvo motivada por cuestiones relacionadas con la industria.

Estos incluían un déficit de ingresos y un aumento de los precios de la tierra, así como problemas ambientales como la falta de agua, el deterioro del suelo y la capacidad para combatir plagas y enfermedades.

Muchos agricultores también señalaron que la disponibilidad de soluciones de protección de cultivos es deficiente y un tercio de los propietarios confirmaron que les resulta difícil acceder a protecciones estándar, como pesticidas.

También se considera difícil conseguir herramientas agrícolas modernas, como semillas biotecnológicas y pesticidas biológicos, al igual que drones y equipos autónomos, debido a los costos y los obstáculos regulatorios.

Sin reformas los agricultores volverán a protestar

Tras la falta de acción de las autoridades tras las protestas del año pasado, los agricultores piden medidas específicas, en concreto abordar la sobrecarga administrativa y la necesidad de apoyo económico en forma de una mejor redistribución de los márgenes en la cadena de valor o impuestos más livianos.

El 82% de los agricultores piden una redistribución más justa, exenciones fiscales y un acceso simplificado a los subsidios, mientras que el 57% quiere regulaciones más sencillas y menores cargas administrativas. 1 de cada 3 insta a un mayor apoyo a la investigación, la innovación y el acceso a un conjunto eficaz de herramientas de protección de cultivos.

Sin estos cambios, los agricultores están bastante dispuestos a protestar de nuevo: un tercio es muy probable que lo haga, y más de la mitad, probablemente. Este sentimiento es especialmente fuerte en España y Polonia, donde el descontento es mayor.

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