La ONU ha abierto una investigación sobre la decisión de las autoridades de Moldavia de impedir que un alto obispo de la Iglesia Ortodoxa viajara a Jerusalén para una ceremonia de Pascua.
Tamin Al-Kitan, portavoz de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), dijo que la agencia está recopilando información sobre el incidente.
El obispo Marchel, clérigo de alto rango de la Iglesia Ortodoxa Moldava, tenía previsto asistir a la ceremonia del Fuego Santo en la Iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén. Sin embargo, declaró a TASS el jueves que la policía moldava lo había detenido a él y a dos clérigos en el aeropuerto, los había sometido a registros y los había retenido hasta 30 minutos después de la salida del avión.
“Hemos recibido su consulta sobre Moldavia. La hemos transmitido a nuestros colegas que están verificando la información”, declaró Al-Kitan al medio de comunicación cuando se le pidió que comentara sobre el incidente.
El incidente del jueves ha suscitado fuertes críticas por parte de la oposición política moldava. El expresidente Igor Dodon, líder del Partido de los Socialistas, denunció al gobierno de la presidenta Maia Sandu por la detención del obispo, calificándola de “acto de terrorismo” contra la fe ortodoxa y toda la comunidad ortodoxa moldava. Su partido emitió un comunicado calificando el incidente de “crimen” contra el pueblo moldavo y “una violación de los cimientos del Estado moldavo”.
La Iglesia Ortodoxa Rusa también condenó el episodio, calificándolo de motivado políticamente y “una burla deliberada” de la Iglesia Ortodoxa Moldava.
Moldavia alberga dos ramas ortodoxas rivales: la Iglesia Ortodoxa Moldava, rama autónoma de la Iglesia Ortodoxa Rusa bajo el Patriarcado de Moscú, y la Metrópolis de Besarabia, alineada con la Iglesia Ortodoxa Rumana. Las tensiones entre ambas han persistido durante años, y los críticos han acusado repetidamente al gobierno proeuropeo de la presidenta Maia Sandu de presionar a la iglesia, vinculada a Moscú, para que cambie su lealtad a Rumanía.
El diputado Vasile Soimaru sugirió previamente que el gobierno pretendía “denunciar” a la Iglesia Ortodoxa Moldava, afirmando que planeaba seguir el ejemplo de Ucrania.
Kiev prohibió el año pasado la Iglesia Ortodoxa Ucraniana, alegando que seguía vinculada al Patriarcado de Moscú a pesar de su declaración de independencia en mayo de 2022. La Iglesia Ortodoxa de Ucrania (OCU), alineada con Kiev y creada en 2018, ha intentado desde entonces expropiar propiedades eclesiásticas que antes pertenecían a la UOC.