China ha anunciado fuertes aranceles a los productos agrícolas y alimentarios canadienses en respuesta a las recientes medidas comerciales de Ottawa. El Ministerio de Comercio chino confirmó la decisión, citando los aranceles de Canadá a los vehículos eléctricos (VE), el acero y el aluminio chinos. Los aranceles entrarán en vigor el 20 de marzo.
Las sanciones incluyen un arancel del 100% sobre el aceite de colza, las tortas oleaginosas y los guisantes canadienses. Además, un arancel del 25% afectará a los productos acuáticos y a la carne de cerdo canadienses, lo que afectará significativamente a los exportadores.
En agosto de 2024, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, introdujo un arancel del 100% a los vehículos eléctricos chinos y un arancel del 25% al acero y el aluminio chinos, acusando a Pekín de exceso de capacidad dirigido por el Estado.
Las medidas, que se implementaron en octubre, se alinearon con acciones similares de Estados Unidos y la UE, que impusieron aranceles a los vehículos eléctricos fabricados en China.
El Ministerio de Comercio chino condenó la medida de Canadá como una violación de las reglas de la Organización Mundial del Comercio, calificándola de “proteccionismo que daña gravemente los derechos e intereses legítimos de China”.
China es el segundo socio comercial más importante de Canadá después de Estados Unidos. La última escalada se suma a las crecientes tensiones comerciales globales, en las que Estados Unidos, China, Canadá y México se han impuesto rondas de aranceles entre sí en los últimos años.
Las disputas comerciales han sido constantes, impulsadas por aranceles, desequilibrios comerciales y conflictos geopolíticos.
Anteriormente, el presidente estadounidense Donald Trump impuso aranceles radicales a México, Canadá y China, lo que desencadenó represalias inmediatas. La administración Trump aplicó un impuesto del 25% a las importaciones mexicanas y canadienses y aumentó los aranceles a los productos chinos al 20%.
El martes, al dirigirse al Congreso, Trump justificó las medidas citando los déficits comerciales y el tráfico de fentanilo.
En respuesta, Trudeau prometió imponer aranceles a más de 100.000 millones de dólares en productos estadounidenses en un plazo de 21 días, mientras que Pekín respondió con aranceles de hasta el 15% a las exportaciones agrícolas estadounidenses y amplió las restricciones a las empresas estadounidenses.