Los países de la Unión Europea acordaron el miércoles poner finalmente en vigor el Sistema de Entrada y Salida (EES), el registro automatizado del bloque para viajeros de corta estancia que se ha retrasado repetidamente debido a problemas técnicos y falta de preparación.
El acuerdo, alcanzado por los ministros del Interior en Bruselas, abre la puerta a un probable inicio de las operaciones en otoño, aunque no se ha fijado ninguna fecha fija.
Los Estados miembros tendrán ahora dos opciones: poner en marcha el nuevo sistema de una sola vez o en varias fases a lo largo de un periodo de transición de seis meses. Al final del periodo de transición, todos los registros en los pasos fronterizos deberán realizarse a través del SES.
La introducción gradual no estaba prevista en la legislación original, pero tras una reunión inclusiva celebrada en noviembre se presentó como una alternativa viable para romper el prolongado estancamiento e implementar el sistema largamente esperado.
Polonia, país que ostenta actualmente la presidencia rotatoria del Consejo de la UE, liderará las negociaciones con el Parlamento Europeo para llegar a un acuerdo final sobre la ley modificada, lo que se espera que se produzca sin problemas.
“Octubre es nuestro horizonte”, dijo el miércoles por la mañana el ministro del Interior y Administración de Polonia, Tomasz Siemoniak.
El sistema “ofrecerá a los servicios de los Estados miembros herramientas completamente nuevas para controlar quién entra y sale del espacio Schengen, para la policía y los guardias fronterizos. Se trata de una cuestión absolutamente esencial”.
¿Qué es el Sistema de Entrada/Salida?
El EES es una reforma integral que data de 2016 y que ha sufrido reiteradas postergaciones. Su principal objetivo es modernizar los controles en las fronteras exteriores de la UE y sustituir el tradicional sellado físico de los pasaportes.
Se aplicará a los ciudadanos no pertenecientes a la UE que vengan al bloque para visitas, vacaciones o viajes de negocios y permanezcan por una duración total de hasta 90 días dentro de un período de 180 días.
Una vez que el sistema entre en funcionamiento, los visitantes tendrán que proporcionar sus pasaportes a su llegada, además de tomarse una fotografía de su rostro y escanear electrónicamente sus huellas dactilares.
Se registrarán todas las entradas y salidas del espacio Schengen, en el que no se requiere pasaporte.
La recopilación de datos biométricos y el intercambio de información en tiempo real tienen como objetivo ayudar a las autoridades a tomar medidas enérgicas contra quienes exceden la estadía permitida por sus visas de corto plazo y cometen fraude de identidad.
Participarán en el programa todos los Estados miembros, excepto Chipre e Irlanda, y cuatro países asociados a Schengen (Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza).
Los pasaportes en Chipre e Irlanda seguirán sellándose manualmente.