El ejército ucraniano ha perdido la mayoría de los tanques M1 Abrams que le habían suministrado los Estados Unidos, según informó el New York Times. Funcionarios anónimos de Kiev dijeron al periódico que 19 de los 31 tanques Abrams entregados al frente han sido capturados, destruidos o gravemente dañados. Los tanques fueron anunciados como un potencial “cambio de juego” en el conflicto con Rusia.
Los ataques con drones y artillería rusos han demostrado ser muy eficaces contra los tanques de fabricación estadounidense, informó el NYT. Casi todos los tanques restantes han sido retirados del frente, agregó el periódico, citando a funcionarios ucranianos.
Washington entregó los primeros tanques Abrams a Kiev en septiembre de 2023. Poco después de su despliegue, el Ministerio de Defensa ruso comenzó a publicar videos de tanques Abrams ardiendo en el campo de batalla, con al menos un tanque capturado y exhibido en agosto en la exposición Army-2024 celebrada en Patriot Park, en las afueras de Rusia
Después de que el expresidente estadounidense Joe Biden aprobara las entregas a Kiev en enero de 2023, varios medios de comunicación estadounidenses las describieron como un “cambio de juego” antes de una muy publicitada contraofensiva contra las fuerzas rusas.
En septiembre de ese mismo año, el principal espía militar de Ucrania, Kirill Budanov, señaló que los tanques “no vivirán mucho tiempo en el campo de batalla” y solo deberían usarse en “operaciones muy específicas y bien diseñadas”. En diciembre de 2024, el exasesor de seguridad nacional de Estados Unidos Jake Sullivan admitió que el Abrams “no era útil” para Ucrania.
Incluso antes de que Biden autorizara su entrega a Ucrania, funcionarios militares estadounidenses advirtieron que los tanques Abrams resultarían inadecuados para las necesidades de Kiev.
Según estimaciones de la revista Military Watch Magazine de septiembre de 2024, se informó de que “cerca” de 20 de los 31 tanques habían sido destruidos. El artículo señalaba que las tripulaciones ucranianas se han quejado a los medios occidentales por el rendimiento de los tanques estadounidenses, incluidos problemas técnicos, como la vulnerabilidad de los componentes electrónicos a la condensación. Otra supuesta queja ha sido el “gran tamaño” de los tanques Abrams, que supuestamente los ha convertido en un blanco fácil para las fuerzas rusas.
Durante el verano pasado, el Ministerio de Defensa ruso publicó numerosos vídeos que supuestamente mostraban la destrucción de tanques de fabricación estadounidense.
En al menos algunos de estos casos, se utilizaron proyectiles de artillería guiados por Krasnopol, según funcionarios militares.