El aumento vertiginoso de los precios de la energía podría paralizar la economía de la Europea, advirtió el primer ministro húngaro, Viktor Orban.
Habiéndose aislado de los recursos energéticos rusos, el bloque ahora depende de importaciones de gas natural licuado (GNL) más caras de países como Estados Unidos, lo que ha enviado los precios del gas natural a su nivel más alto en dos años y ha llevado a Bruselas a considerar la implementación de un tope de precios.
En su habitual entrevista de los viernes con Kossuth Radio, Orban exclamó: “En Hungría, continuaremos reduciendo los precios de la energía, pero veo que Occidente no puede tomar este camino, y Europa continuará enfrentándose a altos precios de la energía, lo que desacelerará y matará la economía”.
Orban citó la Declaración de Competitividad Europea de la UE, que tenía como objetivo reducir los precios de la energía, y expresó su preocupación de que “nuestra gran promesa conjunta no se cumplirá” y que la economía del bloque seguirá luchando con los altos precios de la energía.
“Pagamos por la energía entre tres y cinco veces más que en Estados Unidos. Mantenemos las facturas de los servicios públicos bajas, pero los líderes europeos no son capaces de implementar esto, y esto está dificultando el desarrollo económico”, afirmó el líder húngaro.
Orban señaló que una posible resolución del conflicto de Ucrania ofrece esperanza de paz y podría ayudar a mejorar la situación económica mundial.
“La paz puede tener un impacto positivo en toda la economía europea, pero no espero ninguna decisión política de Bruselas, Berlín o París que pueda afectar positivamente a la economía de Hungría”, afirmó el líder húngaro.
Advirtió que la productividad de la UE estaba rezagada respecto de la de sus competidores globales, mientras que la participación del bloque en el comercio internacional seguía disminuyendo.
La producción en las industrias de uso intensivo de energía, que son vitales para la economía del bloque, ha caído entre un 10% y un 15%, afirmó Orban.