La Organización Mundial de la Salud (OMS) está evaluando el impacto de la retirada de Estados Unidos, tomando medidas a corto plazo y considerando una reorganización estructural, dijo Hans Kluge, director de la OMS en Europa, al Parlamento Europeo.
El director de la OMS Europa, Hans Kluge, advirtió este miércoles del riesgo de instrumentalizar la salud con objetivos políticos y explicó que la organización está evaluando sus necesidades tras la retirada estadounidense.
Tras la decisión del presidente Donald Trump de abandonar la OMS , la agencia no solo perderá la importante contribución financiera de Estados Unidos, sino que también enfrentará brechas en el acceso a información crítica y al personal de atención médica sobre el terreno.
La OMS puede adaptarse a la pérdida del apoyo del gobierno estadounidense, afirmó el Director General Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus en una conferencia de prensa en diciembre, pero advirtió que el impacto sería significativo.
“La UE ahora más que nunca tiene que mantenerse firme en esos valores de humanidad”, afirmó el jefe regional de la OMS, enfatizando la necesidad de la diplomacia sanitaria.
“Creo que nunca deberíamos instrumentalizar la salud con objetivos políticos”, añadió Kluge, reconociendo la “opinión diferente de Trump sobre el multilateralismo”.
Un mes después del anuncio estadounidense, Kluge explicó a los legisladores de la UE en Bruselas que la organización se encuentra actualmente en una fase de “detener la hemorragia”, la primera de tres.
“Se trata de medidas de eficiencia de costes muy, muy brutales, que se parecen un poco a la estrategia COVID-19”, añadió, explicando que durante la pandemia, acciones que antes se consideraban imposibles se hicieron factibles debido a circunstancias extraordinarias.
Después de frenar el déficit financiero inmediato, dijo, el siguiente paso será buscar fuentes alternativas de financiación.
Desde el anuncio de Trump, ha habido especulaciones sobre quién podría intervenir para llenar el vacío de financiación, con China, la UE y organizaciones privadas (que ya son importantes donantes de la OMS) entre los principales contendientes.
El tercer punto, según Kluge, implicaría repensar el funcionamiento de la organización, lo que incluye identificar redundancias, explorar sinergias y opciones para reducir costos.
“La OMS está haciendo demasiado, eso es un hecho. No somos una gran ONG. Debemos volver a lo básico”, afirmó, y añadió que la agencia debería centrarse en ofrecer orientación de alta calidad, experiencia técnica y excelencia científica, y realizar trabajo operativo solo cuando sea necesario.
Tras la decisión de EE.UU., otros países también han expresado su escepticismo hacia la OMS y Argentina ahora amenaza con retirarse también.
A principios de este mes, el presidente Javier Milei ordenó al ministro de Asuntos Exteriores del país que iniciara el proceso de retirada, según declaró un portavoz del gobierno durante una conferencia de prensa.
The Associated Press informó que la decisión se debió a las preocupaciones sobre la “falta de independencia de la OMS respecto de la influencia política” durante la pandemia de COVID-19.