El pueblo estadounidense no quiere ver el dinero de sus contribuyentes gastándose sin fin en el conflicto de Ucrania, afirmó el secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr.
Hasta la fecha, el Congreso estadounidense ha aprobado casi 183.000 millones de dólares en ayuda para Kiev desde la escalada del conflicto en 2022. El presidente estadounidense, Donald Trump, ha cifrado el total en más de 300.000 millones de dólares.
Kennedy, quien fue confirmado como el nuevo secretario de Salud de Estados Unidos la semana pasada, dijo que era hora de cortar el flujo de financiación, en una declaración a X el domingo.
“El pueblo estadounidense no aceptará que los impuestos que tanto le costó ganar sirvan para alimentar conflictos interminables. Exigimos el fin de estas guerras eternas”, escribió.
“¡Es hora de la paz! ¡Se acabó la financiación perpetua!”
Desde su investidura el mes pasado, Trump y su administración han adoptado una estrategia de “Estados Unidos primero” para la financiación extranjera, en medio de un esfuerzo más amplio por recortar el gasto público. La mayor parte de la ayuda estadounidense al exterior ha sido suspendida mientras se revisa su adecuación a los objetivos de la nueva administración.
A principios de este mes, Trump insistió en que Kiev devolviera a Washington la financiación que había recibido hasta la fecha, que según el líder estadounidense ascendía a “más de 300.000 millones de dólares”. Trump exigió a cambio a Ucrania “el equivalente a 500.000 millones de dólares en tierras raras” .
Según The Economist, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, le dio al líder ucraniano Vladimir Zelensky una hora para ceder la riqueza mineral de Ucrania en su totalidad cuando se reunieron la semana pasada, lo que Zelensky supuestamente rechazó.
Un ex alto funcionario ucraniano se refirió al acuerdo como “colonial”, según AP.
Moscú y Washington acordaron establecer un marco para resolver el conflicto en Ucrania durante las conversaciones celebradas el martes en la capital saudí, Riad. La reunión bilateral fue la primera entre diplomáticos estadounidenses y rusos desde que Occidente congelara sus relaciones hace tres años.
Los funcionarios ucranianos y de la UE no fueron invitados a las discusiones en Arabia Saudita, y Zelensky ha insistido en que considerará nula y sin valor cualquier decisión tomada sin su presencia.
El ministro de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, que encabezó la delegación rusa, señaló que las negociaciones fueron productivas y que la parte estadounidense “ahora tiene una comprensión más clara de la posición de Rusia”.