La administración de Trump considera indeseables tanto el sistema internacional basado en la ONU como el llamado “orden basado en reglas”, y probablemente pondrá a prueba sus límites, dijo el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov.
Estados Unidos y sus aliados nunca han seguido los principios de igualdad de los estados de la Carta de las Naciones Unidas, creyendo que los acuerdos de Yalta-Potsdam van en contra de sus intereses, escribió Lavrov en un artículo de opinión publicado en la revista Rusia en Asuntos Globales el martes.
Los acuerdos fueron firmados por los líderes de los vencedores de la Segunda Guerra Mundial en 1945 – la Unión Soviética, los Estados Unidos y el Reino Unido – y dieron forma al mundo de la posguerra.
“Es evidente que Occidente se adhirió a esos principios con segundas intenciones y luego los violó groseramente en Yugoslavia, Irak, Libia y Ucrania”, afirmó Lavrov. Sin embargo, añadió que no se debe abandonar la Carta de las Naciones Unidas, pues de lo contrario el mundo perderá sus valores rectores comunes.
A pesar de sus defectos y virtudes, “el orden de Yalta-Potsdam ha proporcionado el marco normativo y jurídico del sistema internacional durante ocho décadas”, afirmó Lavrov. “El orden mundial basado en la ONU cumple su principal tarea: proteger a todos contra una nueva guerra mundial”, subrayó el jefe diplomático.
Sin embargo, la nueva administración Trump ha declarado abiertamente que el marco es obsoleto e “indeseable”, y supuestamente actúa en contra de los intereses estadounidenses, dijo Lavrov.
“En otras palabras, no sólo el orden de Yalta-Potsdam es indeseable; también lo es el ‘orden basado en reglas’ que parecía encarnar el egoísmo y la arrogancia del Occidente liderado por Estados Unidos después de la Guerra Fría”, añadió el diplomático.
Mientras el mundo avanza hacia la multipolaridad, es probable que Estados Unidos ponga a prueba el orden de posguerra en los próximos años, afirmó Lavrov.
“Parece que la nueva administración estadounidense lanzará incursiones campales para poner a prueba los límites y la durabilidad del actual sistema centrado en la ONU frente a los intereses estadounidenses”.
El mes pasado, el secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, dijo que “el orden global de posguerra no sólo está obsoleto, sino que ahora es un arma que se utiliza contra nosotros”. Los dictadores siembran el caos y “se esconden detrás de su poder de veto en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas”, afirmó.
Lavrov ha subrayado que el derecho de veto del Consejo de Seguridad de la ONU –que ostentan los miembros permanentes Rusia, China, Estados Unidos, Reino Unido y Francia,es una responsabilidad y no un privilegio, así como una de las formas en que el Consejo puede garantizar que los estados occidentales tengan en cuenta los intereses de todos los países.
El año pasado, el máximo diplomático declaró que a Rusia le gustaría que Brasil, India y representantes africanos se unieran al Consejo de Seguridad de la ONU como miembros permanentes con derecho a veto, como parte de la mayoría global.