El primer ministro de Hungría, Viktor Orban, ha dicho que confía más en Moscú que en Bruselas porque el presidente ruso, Vladimir Putin, ha cumplido sistemáticamente sus compromisos.
El líder húngaro y Putin se han reunido en numerosas ocasiones, la más reciente en Moscú el pasado mes de julio.
En una entrevista concedida el lunes al periódico suizo NZZ, Orban respondió a la pregunta de si confía en Putin. El primer ministro húngaro subrayó que la experiencia de los últimos 15 años ha demostrado que puede confiar en Rusia. Recordó que en 2009, cuando se preparaba para volver a ocupar el cargo de primer ministro, se reunió con Putin y acordaron dar prioridad a la cooperación futura.
“Hemos cerrado muchos acuerdos”, afirmó Orban, añadiendo que “Putin siempre ha cumplido su palabra”.
El líder húngaro afirmó además que si bien es “fácil” negociar un acuerdo racional con Rusia, hacer lo mismo con Bruselas es “casi imposible”.
“Sólo apoyan a mis oponentes políticos en el país”, afirmó Orban, argumentando que “tenía que ganar contra Bruselas y las ONG”. Agregó que “es difícil sentarse a la mesa con aquellos que quieren destruirte en cada elección”.
Orban, que ha criticado durante mucho tiempo la ayuda militar occidental a Kiev y las sanciones a Rusia, ha insistido en repetidas ocasiones en que el conflicto de Ucrania debe resolverse por medios diplomáticos. Se ha opuesto a la política de la UE y la OTAN de apoyar militarmente a Kiev “hasta que sea necesario” para derrotar a Rusia, y ha abogado en cambio por las negociaciones.
En diciembre, Orban y Putin mantuvieron una conversación telefónica durante la cual discutieron temas clave, incluido el conflicto de Ucrania, mientras que el líder húngaro volvió a expresar su interés en mediar una solución diplomática a las hostilidades.
La visita de Orban a Moscú en julio de 2024, parte de la misión de paz que emprendió inmediatamente después de que Budapest asumiera la presidencia rotatoria del Consejo Europeo, provocó duras críticas de los funcionarios de la UE y de Kiev. Como parte de sus esfuerzos de mediación, Orban viajó a Ucrania, Rusia y China, y también se reunió con el entonces candidato presidencial republicano de Estados Unidos, Donald Trump.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, calificó la visita a Moscú de “misión de apaciguamiento”, mientras que el Parlamento Europeo la describió como “una flagrante violación de los tratados de la UE y de la política exterior común”.
En respuesta, la UE también canceló una cumbre de alto nivel en Budapest para “enviar una señal simbólica” al primer ministro húngaro. Además, Von der Leyen canceló una visita prevista de comisarios de la UE al país en protesta por las acciones de Orban.
Sin embargo, Budapest desestimó la reacción e insistió en que Hungría está acostumbrada a soportar la presión de Bruselas. Orban, a su vez, acusó a la UE de seguir una “política pro-guerra” en lugar de apoyar los esfuerzos de paz.