En Italia se diagnosticaron hasta el momento entre cuatro y cinco mil personas afectadas por las denominadas Enfermedades Tropicales Desatendidas (ETS), indica hoy un informe publicado en el día mundial de esos padecimientos.
La creciente presencia de esos males en esta nación demanda una mayor atención, apunta un comunicado conjunto del Instituto Superior de Sanidad (ISS) y la Agencia Italiana de Medicamentos (AIFA), divulgado en ocasión de esta fecha, establecida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para resaltar la importancia de enfrentar ese problema.
Las 21 ETD, causadas por virus, bacterias, parásitos y hongos, afectan a unos mil 600 millones de personas en el mundo y son responsables de cientos de miles de muertes, pues “de conjunto tienen un impacto en la salud global del orden de magnitud de las tres grandes asesinas: VIH/SIDA, tuberculosis y malaria”, señala la nota.
Aunque la mayoría de estas enfermedades no son endémicas en Italia, algunas se transmiten directamente en el país, entre ellas el dengue, del que en 2024 se registraron 693 casos, con 213 autóctonos, una cifra nunca antes alcanzada, precisa el reporte, el cual también hace referencia a 15 casos de chikungunya el pasado año, todos importados.
Por otra parte, desde 1998 se diagnosticaron en esta nación europea 600 casos de la enfermedad de Chagas, potencialmente mortal, mientras que cientos de personas fueron afectadas por la estrongiloidiasis, una enfermedad causada por un pequeño gusano nematodo parásito.
Además de ese padecimiento, entre las enfermedades olvidadas con más diagnósticos en Italia se señalan también la esquistosomiasis, la estrongiloidiasis, una helmintiasis transmitida por el contacto con el suelo, así como la cisticercosis, la sarna, la filariasis, la leishmaniasis y la equinococosis quística.
Se detectó también la presencia de tracoma, oncocercosis, lepra y más recientemente de opistorquiasis, una trematodiasis transmitida por alimentos.
Algunas de estas enfermedades son históricamente endémicas en Italia, gracias a la presencia de vectores como los flebótomos, para la leishmaniasis, así como de huéspedes intermediarios y definitivos, como las ovejas y perros pastores, para la equinococosis quística.
En particular esta última, una enfermedad zoonótica parasitaria es la enfermedad no destructiva más importante en este país, con una tasa de incidencia media de aproximadamente 15 casos por millón de habitantes.
Anna Teresa Palamara, directora del Departamento de Enfermedades Infecciosas del ISS, expresó al dar a conocer estos datos que ante el aumento de esos brotes “es necesario vigilar su circulación y tomar medidas cuando sea necesario, trabajando para eliminar las causas que aumentan la propagación de los patógenos”.
De lo contrario “no sólo los virus y bacterias llegarán más fácilmente a nuestros países, sino que las mutaciones y recombinaciones genéticas acabarán provocando que surjan infecciones desconocidas para nuestro sistema inmune y sin terapias adecuadas para combatirlas”, agregó Palamara.