El líder del mayor partido de oposición de Alemania, Friedrich Merz, ha prometido presentar cambios inmediatos a la ley de asilo del país ante el Parlamento, incluso si eso significa recolectar votos de Alternativa para Alemania (AfD).
Merz, candidato de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) a la cancillería en las próximas elecciones, ha sido acusado de dar marcha atrás en su postura de no trabajar con el partido de extrema derecha y de romper el llamado “cortafuegos” contra este para aprobar las medidas.
Su plan reformaría la ley de asilo y aumentaría drásticamente el número de deportaciones del país.
Entre otras medidas, ha propuesto un control permanente e inmediato de las fronteras alemanas, así como rechazar todos los intentos de entrada irregular al país, una medida que los partidos de la oposición han advertido que es incompatible con las leyes de asilo europeas.
Merz endureció su posición tras un ataque con cuchillo en la ciudad bávara de Aschaffenburg la semana pasada, donde dos personas fueron asesinadas por un solicitante de asilo procedente de Afganistán que iba a ser deportado.
El ataque ha puesto la seguridad interna y la inmigración en el foco de atención mientras el país se prepara para las elecciones federales del 23 de febrero.
Está previsto que la primera lectura de la reforma legislativa se celebre el miércoles por la tarde. Si se aprueba, la CDU presionaría para que el Parlamento apruebe una decisión sobre la ley esta misma semana.
Como Merz y su partido necesitan una mayoría de dos tercios para lograr que el parlamento modifique la ley, ha dejado abierta la posibilidad de que todos los partidos interesados la impulsen, incluida la AfD.
Esto ha provocado críticas de todos los sectores del espectro político, incluida una advertencia del canciller alemán Olaf Scholz el viernes pasado de que “el cortafuegos contra la AfD no debe derrumbarse”.
Además, tanto la iglesia protestante como la católica en Alemania han intervenido en la controversia, emitiendo una inusual declaración conjunta el miércoles en la que advirtieron que apoyarse en los votos de la AfD podría causar “un daño masivo a la democracia alemana”.
Merz ha intentado moderar las críticas que lo acusan de trabajar con la extrema derecha, insistiendo en que busca “otras mayorías en el Parlamento” y que espera que el Partido Socialdemócrata (SPD) de Scholz y los Verdes “recuperen la cordura”.
El SPD rechazó sus propuestas por considerarlas incompatibles con las leyes europeas, mientras que la ministra de Asuntos Exteriores de los Verdes, Annalena Baerbock, acusó a Merz de querer “violar la ley europea y construir una valla alrededor de Alemania”.
El colíder de la AfD, Tino Chrupalla, dijo a la prensa nacional el miércoles que su partido apoyaría el plan de migración de Merz, ya que se alinea con la postura de línea dura de la AfD sobre inmigración.
También se espera que Merz obtenga el apoyo del liberal Partido Democrático Libre y de la populista de izquierda Alianza Sahra Wagenknecht (BSW), ya que ambos han señalado que respaldarían su propuesta.
El viernes, el Parlamento también votará sobre los cambios adicionales a las normas de inmigración propuestos por la CDU. Si se aprueban, serán jurídicamente vinculantes.