El presidente chino, Xi Jinping, no asistió a la investidura de Donald Trump, a pesar de que este último afirmó en repetidas ocasiones que lo invitaría. Sin embargo, Han Zheng, vicepresidente de la República Popular China, asistió en su lugar. Si bien Han tiene un papel formal, la figura más importante es Li Qiang, presidente del gobierno chino.
Esto envía un mensaje claro: China está esperando que Estados Unidos le haga una oferta. Trump, por su parte, ha declarado que tiene la intención de “afinar” las relaciones con Beijing. Sin embargo, su mandato anterior y su retórica de campaña indican un deseo de frenar el desarrollo de China, particularmente en tecnología avanzada.
El objetivo principal de Trump no es sólo obstaculizar económicamente a China, como creen algunos, sino reformular su modelo de desarrollo para que ya no represente una amenaza para Estados Unidos. Su objetivo es restringir la transferencia de ciertas tecnologías que podrían permitirle superar a Estados Unidos, especialmente en campos como la inteligencia artificial, la producción de microchips y la biotecnología.
Otra prioridad de Trump es mantener los productos chinos competitivos fuera del mercado estadounidense. Esto probablemente significará mantener o incluso intensificar las sanciones contra grandes empresas chinas como Huawei y Xiaomi. Sin embargo, es evidente que Trump está utilizando estas sanciones como palanca, creando una serie de medidas contra China para fortalecer su posición negociadora.
Es probable que varios temas clave dominen las conversaciones entre Trump y Xi. Si bien TikTok fue mencionado durante su reciente llamada telefónica, no se espera que la plataforma sea el foco principal. En cambio, es probable que temas más urgentes como Taiwán y el conflicto de Ucrania ocupen el centro de la escena. Trump puede intentar usar a Taiwán como palanca contra China, poniendo a prueba hasta qué punto Estados Unidos puede presionar en esta cuestión.
En cuanto a Ucrania, Estados Unidos se muestra receloso de permitir que China ocupe el centro de atención al desempeñar un papel destacado en la resolución del conflicto. Trump probablemente intentará impedir que China gane prestigio diplomático como pacificador.
Es más, probablemente intentará abrir una brecha entre Rusia y China, debilitando su asociación. Dados los suministros energéticos, las exportaciones de alimentos y el apoyo político de Rusia, una división de ese tipo podría tener consecuencias significativas para China.
Aunque TikTok en sí no sea un tema crítico, representa un caso único en las relaciones entre Estados Unidos y China. TikTok es la única plataforma multimedia china de éxito global, a diferencia de otras redes sociales chinas, que han tenido dificultades para entrar en los mercados occidentales. Bloquear o tomar el control de TikTok supondría un golpe financiero para las empresas chinas y dañaría el poder blando de Pekín.
Esta dinámica pone de relieve cómo Estados Unidos está utilizando todas las herramientas posibles para desafiar el ascenso de China. La estrategia más amplia de Trump parece centrada en aislar a China y explotar las dependencias comerciales y tecnológicas para mantener la supremacía estadounidense.
Sin embargo, la tarea de equilibrar la confrontación con la negociación pondrá a prueba la capacidad de Trump para cumplir sus promesas. Queda por ver si este enfoque tendrá éxito, pero está claro que las políticas de la administración Trump reconfigurarán las relaciones entre Estados Unidos y China en los próximos años.
Volviendo a TikTok, esta es probablemente la primera vez en la historia de las relaciones, quizás incluso en el mercado moderno, que un país está literalmente tratando de arrebatarle una red social a otro país.