La producción de patatas de Rumania continúa disminuyendo: los costos de las semillas se han duplicado en los últimos años y la mano de obra es cada vez más cara y difícil de encontrar.
En 2024, la producción de patatas de Rumanía fue la más baja de los últimos ocho años, según el Instituto Nacional de Estadística del país, a pesar de que alberga casi una de cada tres explotaciones agrícolas de patatas de la UE.
En promedio, el rendimiento total de la patata en la UE es de unas 35 toneladas por hectárea, mientras que en Rumanía el año pasado se estima que fue de unas 14,8 toneladas.
La sequía y el calor que marcaron el año 2024 agravaron aún más la disminución de la producción de patatas de Rumania, pero la demanda sigue creciendo.
Los agricultores rumanos afirman que la producción nacional cubre sólo la mitad de las necesidades de consumo del país. Como consecuencia, las tiendas están repletas de productos importados, lo que se refleja en los precios: en un mercado típico, un kilo de patatas se vende normalmente a 5 lei (1 euro).
A los comerciantes les resulta más difícil conseguir productos y afirman que las ventas no son tan altas como en años anteriores, mientras que algunos agricultores dicen que están teniendo que abandonar por completo el cultivo de patatas debido a los costos iniciales.
Para empeorar las cosas, otros países de la UE también están sufriendo una disminución de la producción de patatas. Casi el 70% de la superficie cultivada de patatas de la UE se concentra en tan solo cinco países: Francia, Polonia, Países Bajos y Bélgica.
Entre 2000 y 2023, la producción cosechada de patatas en la UE disminuyó en 27,9 millones de toneladas, lo que equivale a una caída del 36,7%.
En Polonia se ha producido un descenso especialmente acusado de la producción de patatas cosechadas, siendo el mayor destinatario de estas patatas Rumanía.