El Gobierno de Australia presentó hoy un plan para invertir mil 200 millones de dólares en créditos para fundiciones de aluminio verde, producido utilizando electricidad derivada de combustibles no fósiles.
Dicha opción ayuda a reducir considerablemente las emisiones de dióxido de carbono y atenuar el efecto invernadero, pues minimiza el impacto ambiental.
Australia deviene el sexto mayor productor mundial de aluminio, por eso el Ejecutivo destacó su empeño en buscar soluciones más amigables con el medio ambiente, a partir del interés global que despierta la importación de metales limpios, confiables como el aluminio australiano.
Para el primer ministro del país oceánico, Anthony Albanese, esto representa una oportunidad enorme de crecimiento en una economía descarbonizada.
El gobernante ratificó la concesión de mil 200 millones de dólares para invertir en empresas que utilicen electricidad procedente de fuentes renovables, aunque no precisó todavía qué monto podrá solicitar una entidad por cada tonelada de aluminio verde producido en la próxima década.
Durante ese período de tiempo, está revisto el cierre de la mayoría de las generadoras australianas a carbón, razón por la cual numerosas fundiciones ya comenzaron a emplear energía renovable, o sea, proveniente de fuentes naturales y capaz de regenerarse más rápido de lo que pueda consumirse.