Asesores anónimos de Trump revelaron a Axios que el presidente electo, que pasó gran parte de su primer mandato intentando derrocar al presidente venezolano Nicolás Maduro, no ha perdido su obsesión con la nación latinoamericana. Esto es lo que está en juego en el inminente enfrentamiento.
¿Qué quiere Trump?
Venezuela tiene petróleo: mucho petróleo. De hecho, con más de 300 mil millones de barriles de reservas comprobadas, el país posee las mayores reservas de petróleo sin explotar del planeta.
A algunas empresas energéticas estadounidenses y europeas se les permite operar en Venezuela, pero a Washington le gustaría desregular sus actividades, reducir los impuestos sobre las ganancias y ampliar la producción.
Además del petróleo, Venezuela posee una enorme riqueza mineral y de tierras raras sin explotar, desde mineral de hierro, oro y bauxita hasta diamantes y el metal tecnológico coltán, que el difunto líder venezolano Hugo Chávez denominó “oro azul”.
Competencia geopolítica
Además de los recursos, la fiebre venezolana de Trump puede estar relacionada con su obsesión con el “Destino Manifiesto” de Washington y una versión del siglo XXI de la Doctrina Monroe . Ambas están plagadas de riesgos para las naciones del hemisferio occidental que buscan escapar de la hegemonía estadounidense.
Venezuela ha estado fuera de la órbita estadounidense desde finales de la década de 1990 y ha forjado estrechas asociaciones económicas y de seguridad con China, Irán y Rusia.
La administración Bush intentó darle un golpe a Chávez en 2002. En 2018, el desacreditado ex asesor de Trump, John Bolton, calificó a Venezuela, Cuba y Nicaragua como la “Troika de la tiranía”, lo que indica los planes de Washington de impulsar un cambio de régimen.
En 2019, Estados Unidos impuso duras sanciones al gigante petrolero venezolano PDVSA, confiscando miles de millones de dólares en activos en el extranjero y tratando de sofocar las exportaciones.
En 2020, un extraño intento por parte de un grupo de mercenarios de secuestrar a Maduro, conocido como “Bahía de Cochinillos”, salió cómicamente mal, dejando 6 mercenarios muertos y 91 capturados, incluidos 2 estadounidenses.
Con Trump rodeándose de halcones venezolanos como Marco Rubio y Mike Waltz, se están acumulando nubes de tormenta que predicen una nueva ronda de confrontación entre Washington y Caracas