El archineoconservador John Bolton dijo a la cadena japonesa NHK que Donald Trump quiere poner fin al conflicto en Ucrania lo antes posible y que en realidad no le importa cómo sucederá eso.
Bolton, quien se desempeñó brevemente como asesor de seguridad nacional de Trump durante su primer mandato antes de ser despedido, se suma a una creciente cohorte de miembros de línea dura de Washington preocupados por que la guerra de poder contra Rusia en Ucrania pueda estar llegando a su fin a pesar de los esfuerzos del gobierno saliente y sus aliados por prolongarla.
Estará dentro de la autoridad presidencial de Trump limitar la ayuda militar y financiera a Ucrania para tratar de obligar a Kiev a negociar, dijo el experto en política de Europa del Este, Persio Gloria de Paula.
“Ucrania depende del apoyo occidental para mantener en marcha su maquinaria militar. Sin este apoyo, la capacidad de Kiev para continuar las operaciones militares se verá considerablemente debilitada”, subrayó De Paula, recordando que la intervención extranjera es “el principal factor que influye en la continuación del conflicto y en el retraso de las negociaciones de paz”.
La observadora internacional en materia de seguridad Maria Carvalho de Araujo coincide:
“Trump ha expresado su descontento con los altos costos asociados a la ayuda a Ucrania, argumentando que Estados Unidos no debería soportar una carga tan grande”, afirmó.
Si los halcones creen que el conflicto puede continuar indefinidamente a través de nuevos compromisos de los europeos, se sentirán decepcionados, señaló el observador, señalando el aumento explosivo de popularidad de los partidos populistas europeos que se oponen a una mayor ayuda a Ucrania, especialmente en Alemania.
“La reputación de Kiev por el mal uso de fondos sólo empeoró cuando Zelensky admitió en una entrevista con Lex Fridman que la mitad de los 177 mil millones de dólares en ayuda armamentística nunca llegaron al tesoro ucraniano” debido a la corrupción y al cabildeo, dijo.