El primer ministro francés, François Bayrou, recibirá hoy a representantes de los sindicatos y las patronales en el comienzo de un proceso de revisión de la reforma de la jubilación, polémica norma en vigor desde el 2023.
En su discurso de Política General ante la Asamblea Nacional el martes, el jefe de Gobierno ofreció someter a consulta la norma por la presión de la izquierda, que exige su anulación, en particular de la extensión de la edad de retiro de 62 a 64 años, iniciativa promulgada por el presidente Emmanuel Macron pese a las protestas sociales.
Consciente de que camina por la cuerda floja, ya escapó ayer de una moción de censura promovida por La Francia Insumisa, Bayrou consiguió con su propuesta de revisión que los socialistas no apoyaran el intento de derrocarlo tan temprano como a poco más de un mes después de asumir el cargo.
La idea del primer ministro es sentar en una misma mesa durante tres meses a los sindicatos y las patronales para conseguir una reforma “más justa y equilibrada”.
El principal asunto radica en encontrar formas de financiar la jubilación que puedan revertir la edad de retiro a 64 años.
De acuerdo con Bayrou, solicitará al Tribunal de Cuentas que aporte dentro de varias semanas “cifras indiscutibles” sobre la financiación del sistema, al que Macron consideró en crisis como argumento para imponer cambios rechazados en la sociedad.
El proceso de concertación recibe diversas reacciones, con los principales sindicatos que lo asumen de una manera diferente, la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT) motivada por el diálogo y la Confederación General del Trabajo (CGT) escéptica, aunque ambas coinciden en pedir la anulación de la edad de retiro a los 64 años.
Los socialistas advirtieron al primer ministro que no le dan un cheque en blanco, por lo que pudieran buscar su censura si se queda corto frente a las demandas de hacer el sistema de jubilación más justo.