La Comisión Europea (CE) ha indicado que la presidenta de esa institución, Ursula von der Leyen, no ha recibido por el momento una invitación para acudir a la toma de posesión del próximo inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump, y precisó que anteriores líderes del Ejecutivo comunitario tampoco han asistido a una investidura de un mandatario estadounidense.
“No ha habido ninguna novedad en ese frente, lo que significa que no hubo invitación a la presidenta Von der Leyen”, ha declarado la portavoz del Ejecutivo comunitario, Paula Pinho, durante la rueda de prensa diaria de la CE.
El viernes de la semana pasada, la Comisión Europea ya había apuntado que por el momento la presidenta del Ejecutivo comunitario no había recibido una invitación a la toma de posesión de Trump.
Este martes, Pinho ha añadido que tampoco se recibió una invitación para que la presidenta de la CE acudiera a la investidura del actual presidente estadounidense, Joe Biden.
“Hasta donde sabemos, no somos conscientes de que ningún presidente de la Comisión Europea haya asistido a una investidura de un presidente de Estados Unidos”, ha manifestado.
Ni Sheinbaum, ni Lula ni Sánchez
En medio de las amenazas arancelarias de Trump contra México, la presidenta de ese país, Claudia Sheinbaum, ha confirmado este martes que no ha recibido la invitación a la investidura, pero restó importancia a esta cuestión.
“No, pero no pasa nada, no pasa nada, está ahí el embajador de México en Estados Unidos, no hay problema”, dijo en su rueda de prensa matutina.
Tampoco consta invitación para otro líder de la izquierda regional, el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, pero sí para el expresidente de ese país Jair Bolsonaro.
En el caso de España, será la embajadora en Washington, Ángeles Moreno, la que acudirá a la investidura, confirmó el lunes el ministro español de Exteriores, José Manuel Albares, quien recordó que en estos actos “no se suele invitar a los jefes de Estado, de Gobierno o ministros”.
Está descartada, por tanto, la participación del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez.
Milei, Bukele y Noboa en la lista de invitados
Quienes sí han sido invitados a la investidura son los mandatarios con los que Trump comparte afinidad política, como el argentino, Javier Milei; el salvadoreño, Nayib Bukele; y el ecuatoriano, Daniel Noboa.
No es habitual que los presidentes estadounidenses inviten a líderes extranjeros a su toma de posesión, pero Trump ha optado por rodearse de políticos que comparten su ideología, a excepción del chino, Xi Jinping, que también fue invitado pese a su rivalidad.
La invitación a Milei ha sido la primera que recibe un presidente argentino a una investidura en Estados Unidos, según el portavoz de la Casa Rosada, Manuel Adorni, en una rueda de prensa el 16 de diciembre.
El mandatario libertario de Argentina, que profesa una gran admiración por Trump, se vio por última vez con el republicano en una cena en su mansión de Florida poco después de que este ganara las elecciones del 5 de noviembre.
Según Adorni, también han sido invitados a la toma de posesión Bukele y la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, quien recientemente se reunió con Trump en Florida.
El Gobierno ecuatoriano anunció el domingo que Noboa estará en la investidura un día después de participar en un debate electoral por las presidenciales en Ecuador.
Noboa, nacido en Miami, ha viajado en numerosas ocasiones al país norteamericano desde que asumió su mandato, tanto en visitas oficiales como de carácter personal.
Se espera además la presencia del primer ministro húngaro, Viktor Orbán, el único líder europeo que ha respaldado abiertamente a Trump desde las elecciones que este ganó en 2016.
El presidente chino, Xi Jinping, también fue invitado, según confirmó el equipo de Trump el pasado 12 de diciembre, aunque su presencia es poco probable dado que son pocos los viajes al extranjero que realiza el mandatario del gigante asiático.
La próxima portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, explicó que la invitación a Xi es una demostración de que Trump busca mantener un “diálogo abierto” no solo con aliados, sino también con adversarios.