El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, visitó Polonia el miércoles después de que las dos naciones llegaran a un acuerdo sobre una disputa histórica: la exhumación de las víctimas polacas de las masacres de la Segunda Guerra Mundial cometidas por nacionalistas ucranianos.
La visita se produce apenas unos días después de que el primer ministro polaco, Donald Tusk, anunciara avances en el inicio de las exhumaciones, un asunto que ha tensado las relaciones durante años. Varsovia ostenta ahora la presidencia rotatoria de la Unión Europea, a la que Kiev aspira a unirse.
“Por fin se ha producido un gran avance. Se ha tomado una decisión sobre las primeras exhumaciones de las víctimas polacas del UPA”, escribió Tusk el viernes en la plataforma social X, refiriéndose al Ejército Insurgente Ucraniano. “Agradezco a los ministros de cultura de Polonia y Ucrania por su buena cooperación. Estamos esperando nuevas decisiones”.
La Fundación Libertad y Democracia, una organización no gubernamental, dijo el lunes que comenzará el trabajo de exhumación de las víctimas en Ucrania en abril.
Aunque Polonia ha sido uno de los mayores partidarios de Ucrania desde la invasión a gran escala de Rusia en febrero de 2022, la cuestión de las víctimas polacas de las matanzas de Volinia que yacen en fosas comunes en suelo ucraniano ocho décadas después de ser asesinadas ha dejado una amargura purulenta entre muchos polacos.
También ha ejercido presión sobre Tusk, que está tratando de mostrar avances en un tema de importancia continua para muchas personas en Polonia.
Esto es particularmente vital porque se espera que el candidato de su partido en las elecciones presidenciales de mayo —Rafał Trzaskowski, el actual alcalde de Varsovia— enfrente un fuerte desafío por parte del candidato nacionalista de la oposición Karol Nawrocki, quien ha puesto las cuestiones históricas al frente de su campaña.
El problema se remonta a 1943-45, cuando Europa estaba en guerra. Los nacionalistas ucranianos masacraron a unos 100.000 polacos en Volinia y otras regiones que entonces estaban en el este de Polonia, bajo la ocupación nazi alemana, y que ahora forman parte de Ucrania.
Los nacionalistas y sus aliados, que querían crear un Estado ucraniano independiente, quemaron pueblos enteros y asesinaron a sus habitantes. Polonia considera que los hechos constituyen un genocidio y pide a Ucrania que les permita exhumar a las víctimas para darles un entierro digno.
Se estima que 15.000 ucranianos fueron asesinados en represalia.
La cuestión es difícil para Ucrania porque algunos de los nacionalistas ucranianos de la Segunda Guerra Mundial son considerados héroes nacionales debido a su lucha por la condición de Estado de Ucrania.
Mientras ambas partes avanzaban para resolver el problema, en mayo de 2023 el presidente del Parlamento de Ucrania ofreció palabras de reconciliación en el Parlamento polaco.
“La vida humana tiene el mismo valor, independientemente de la nacionalidad, raza, sexo o religión”, dijo entonces Ruslan Stefanchuk a los legisladores polacos.
“Con esta conciencia cooperaremos con vosotros, queridos amigos polacos, y aceptaremos la verdad por inflexible que sea.”