Desde el martes se han desatado varios incendios forestales en California, que han matado al menos a 10 personas y han obligado a evacuar a decenas de miles.
Los daños causados por los incendios en curso en Los Ángeles y sus alrededores oscilan entre 135.000 y 150.000 millones de dólares, según AccuWeather.
Los hidrantes de Los Ángeles se han secado a medida que los incendios forestales se propagan , obligando a los residentes a depender del agua de la piscina y de las mangueras del jardín. En medio del caos, la atención se ha centrado en los magnates multimillonarios del sector agrícola Stewart y Lynda Resnick, conocidos por su control sobre los recursos hídricos de California.
Los Resnicks poseen una participación del 57% en el Kern Water Bank, uno de los depósitos de agua subterráneos más grandes del estado.
Este control se aseguró a través de las controvertidas Enmiendas de Monterey de 1994, que transfirieron la propiedad a cinco distritos de agua y a la empresa privada Westside Mutual Water Company de los Resnick, según More Perfect Union.
Los críticos acusan a los Resnick de sacar provecho de la escasez de agua vendiendo agua almacenada a precios inflados y ejerciendo influencia política.
Una revisión de California Watch descubrió que los Resnick donaron $7,000 a la campaña de la senadora Dianne Feinstein en 2000, y Mother Jones alegó que ella luego apoyó una legislación de la época de la sequía que favorecía a la agroindustria.
Si bien la actual crisis del agua está impulsada por problemas de infraestructura, y el supuesto cambio climático y los recortes presupuestarios, el uso masivo de agua agrícola por parte de los Resnick en el Valle Central de California agrega más presión al frágil sistema.
Además de agravar la crisis, los recortes presupuestarios han puesto a prueba los recursos para combatir los incendios.
La alcaldesa Karen Bass redujo el presupuesto del LAFD en 17,6 millones de dólares para 2024-2025,lo que deja 837 millones de dólares, solo el 65 % del presupuesto de 1300 millones de dólares de la ciudad para personas sin hogar. La escasez de bomberos persiste desde 2020.