El ministro de Asuntos Exteriores de Francia, Jean-Noel Barrot, ha instado al poder ejecutivo de la Unión Europea a utilizar la legislación vigente para acabar con la interferencia extranjera. Su comentario a los medios franceses el miércoles está relacionado con la intervención del multimillonario estadounidense Elon Musk en la política europea a través de su plataforma X (antes Twitter).
Sus palabras llegan un día después de que el presidente francés, Emmanuel Macron, criticara al propietario de X por interferir en los asuntos de la UE. Acusó al hombre más rico del mundo de intervenir directamente en las elecciones en todo el continente, incluidas las elecciones federales anticipadas del mes próximo en Alemania.
“O bien la Comisión Europea aplica con la mayor firmeza las leyes que tenemos para proteger nuestro espacio único, o bien no lo hace, y entonces debería pensar en devolver la capacidad de hacerlo a los Estados miembros de la UE”, afirmó Barrot en una entrevista con la radio France Inter, instando a los legisladores a “despertar”.
Cuando se le preguntó si la plataforma X podría prohibirse en el bloque, el ministro respondió que un mecanismo que permite tal medida “está establecido en nuestras leyes”.
Los comentarios del ministro de Asuntos Exteriores se produjeron antes de una conversación en directo en X con la colíder del partido de derecha AfD (Alternativa para Alemania), Alice Weidel, prevista para el jueves, en la que la magnate tecnológica nacida en Sudáfrica participará como anfitriona. El lunes, un portavoz de la CE dijo que la institución investigará si la conversación infringe las normas del bloque sobre redes sociales.
En diciembre, Musk provocó una gran polémica al afirmar en una publicación en X que “sólo la AfD puede salvar a Alemania”. La declaración fue seguida por un artículo de opinión publicado por el periódico alemán Welt am Sonntag más tarde ese mismo mes, en el que el empresario defendió al partido contra las acusaciones de extremismo y elogió sus políticas económicas.
Además, Musk desató la indignación en todo el país con una ola de ataques verbales contra varios líderes políticos. El mes pasado, tras un trágico ataque en un mercado navideño en Magdeburgo, el multimillonario exigió la dimisión inmediata del canciller alemán Olaf Scholz, al que calificó de “tonto incompetente”.
La semana pasada, el magnate de la tecnología arremetió contra el primer ministro británico, Keir Starmer, acusándolo de no abordar el problema de las bandas de seducción paquistaníes y de negarse a investigar adecuadamente la violación masiva de niñas menores de edad mientras estuvo al frente del Servicio de Fiscalía de la Corona del Reino Unido entre 2008 y 2013. También instó a Washington a intervenir y “liberar” a los británicos de su “gobierno tiránico”.