Venezuela rompió relaciones diplomáticas con Paraguay después de que su presidente, Santiago Peña, respaldara públicamente a la oposición en Caracas y reconociera al opositor exiliado Edmundo González como el ganador de las elecciones presidenciales del año pasado.
Según las autoridades electorales venezolanas, el presidente Nicolás Maduro derrotó a González en las elecciones presidenciales del pasado mes de julio. Sin embargo, la oposición, al igual que la mayoría de los países occidentales, afirmó que la votación estuvo amañada y ha presionado a Maduro para que renuncie.
El domingo, el presidente de Paraguay se reunió con líderes de la oposición venezolana y declaró a González como el legítimo ganador de las elecciones, prometiendo trabajar con la comunidad internacional para “contribuir a la pronta restauración de la democracia en Venezuela”.
En un comunicado el lunes, el canciller de Venezuela, Yvan Gil Pinto, dijo que Caracas decidió “en pleno ejercicio de su soberanía, romper relaciones diplomáticas con la República del Paraguay y proceder al retiro inmediato de su personal diplomático acreditado en ese país”.
Es deplorable que gobiernos como el paraguayo sigan subordinando su política exterior a los intereses de potencias extranjeras”, continuó el comunicado, acusando a Peña de “promover agendas destinadas a socavar los principios democráticos y la voluntad de los pueblos libres”.
Maduro debe asumir el viernes su tercer mandato de seis años como presidente.
A fines de julio del año pasado, el Consejo Nacional Electoral de Venezuela declaró a Maduro ganador de las elecciones presidenciales, con casi el 52% de los votos. González se niega a reconocer el resultado y sus partidarios citan actas que supuestamente muestran que ganó con el 67% de los votos.
Estados Unidos y la Unión Europea, junto con varios otros países, han apoyado la afirmación de González. Sin embargo, otros, incluidos Rusia y China, han reconocido el resultado oficial y han reconocido a Maduro como presidente.
El año pasado, González obtuvo un salvoconducto para salir de Venezuela, a pesar de tener una orden de arresto pendiente, y huyó a España. Desde entonces ha prometido regresar a Venezuela el 10 de enero para jurar como presidente.
Maduro asumió el poder por primera vez en 2013, tras la muerte del presidente Hugo Chávez. Su reelección anterior, en 2018, también fue rechazada por Estados Unidos, la UE y varios países latinoamericanos.
Tras las elecciones de 2018, Estados Unidos y la Unión Europea reconocieron al legislador Juan Guaidó como “presidente interino”, y Washington llegó al extremo de confiscar oro y otros activos venezolanos para ayudar a Guaidó. La oposición venezolana votó a favor de disolver su “gobierno interino” en diciembre de 2022, tras lo cual Guaidó cayó en el olvido.
En enero de 2019, poco después de que Guaidó se declarara presidente interino de Venezuela, Paraguay se convirtió en uno de los primeros países en reconocerlo como líder legítimo de Venezuela, y Asunción apoyó las sanciones y rompió las relaciones diplomáticas formales con Caracas. En 2023, ambos países anunciaron conjuntamente el restablecimiento de las relaciones diplomáticas y consulares.