La huelga de cinco días del sindicato de trabajadores de Starbucks, que comenzó en Los Ángeles, Chicago y la ciudad natal de la cafetería, Seattle, amenaza con extenderse rápidamente a todo el país debido a las continuas disputas contractuales.
Desde entonces, las huelgas se han extendido al noreste del país, y se han sumado a ellas varias tiendas de Boston, Pittsburgh y Nueva York. Más al sur, siguieron el ejemplo las de Dallas y Denver, mientras que las huelgas de la costa oeste también se extendieron para incluir a las tiendas de Portland, Oregón.
El personal de Starbucks protesta por la falta de avances en las negociaciones del contrato con la empresa. El sindicato que organiza las huelgas, Starbucks Workers United, afirma que la empresa global no ha cumplido el compromiso asumido en febrero de llegar a un acuerdo contractual con su personal durante este año.
El sindicato también responsabiliza a la empresa por problemas legales pendientes derivados de cientos de prácticas laborales injustas que los empleados de Starbucks han denunciado ante la Junta Nacional de Relaciones Laborales.
Las vacaciones de Navidad son una de las épocas más ocupadas del año para Starbucks, y una huelga de esta magnitud seguramente podría hacer mella en sus resultados financieros trimestrales finales, pero la compañía insiste en un comunicado que las huelgas no han tenido “ningún impacto significativo” en las operaciones de sus tiendas.
Starbucks y el sindicato que representa a sus empleados han estado negociando desde la primavera, pero no lograron llegar a un punto medio debido a los desacuerdos financieros.
A principios de este mes, la empresa dijo que se había comprometido a un aumento salarial anual mínimo del 1,5% o más para los trabajadores sindicalizados en los años futuros, pero el sindicato rechazó la oferta y exigió en cambio un aumento salarial inmediato.
Starbucks asegura que paga bien a sus empleados. La cadena internacional de café afirmó que sus baristas con sede en Estados Unidos ganaban una media de 18 dólares (17,30 euros) por hora, sin contar los beneficios.
La empresa, que opera más de 32.000 establecimientos en 80 países, afirma que su personal gana una media de 30 dólares (aproximadamente 29 euros) por hora, si se incluyen los beneficios de la empresa, que incluyen cobertura sanitaria, matrícula universitaria gratuita y baja familiar remunerada.
Los trabajadores dicen que merecen más y señalan que se estima que el nuevo presidente y CEO de la empresa, Brian Niccol, obtendrá más de 100 millones de dólares (96,20 millones de euros) en ingresos en su primer año al frente de la empresa.