El tribunal de apelaciones más importante de Francia confirmó un veredicto contra el ex presidente Nicolas Sarkozy por corrupción y tráfico de influencias, ordenándole usar una etiqueta electrónica durante un año, una novedad para un ex jefe de Estado.
Sarkozy, que ya había sido declarado culpable de intentos ilegales de obtener favores de un juez, respetará “evidentemente” los términos de la condena tras el veredicto del Tribunal de Casación, declaró a la AFP su abogado Patrice Spinosi.
Pero llevará el caso al Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) dentro de unas semanas, añadió Spinosi.
Sin embargo, esta decisión del TEDH con sede en Estrasburgo no impedirá que se ejecute la sentencia del miércoles, que entrará en vigor ahora, después de que Sarkozy haya agotado todas las vías legales en el caso en Francia.
Spinosi afirmó que es un “día triste” cuando “un ex presidente tiene que recurrir ante los jueces europeos por haber condenado a un Estado cuyo destino un día presidió”.
En 2021, un tribunal inferior determinó que Sarkozy y su ex abogado, Thierry Herzog, habían formado un “pacto de corrupción” con el juez Gilbert Azibert para obtener y compartir información sobre una investigación judicial.
El tribunal lo condenó a tres años de prisión, dos de ellos en suspenso y uno en forma de arresto domiciliario con una etiqueta electrónica que permitiría controlar sus movimientos.
Ese veredicto ya había sido confirmado una vez por un tribunal de apelaciones el año pasado.
Otros casos pendientes
Sarkozy, de 69 años, siempre ha defendido su inocencia y su abogado ha asegurado que “no abandonará esta lucha”.
El derechista, que fue presidente durante un mandato entre 2007 y 2012 y no logró ser reelegido, se ha visto envuelto en problemas legales desde que dejó el cargo.
El último caso, bautizado como “Bismuto”, se suma a otros casos separados sobre gastos excesivos en la financiación de campañas y la presunta financiación por parte de Libia de la campaña electoral de Sarkozy en 2007.
A pesar de sus problemas legales, Sarkozy sigue disfrutando de considerable influencia y popularidad en la derecha de la política francesa y cuenta con el apoyo del presidente Emmanuel Macron, con quien se sabe que se reúne en ocasiones.
Según fuentes de la AFP , Sarkozy se reunió en el Elíseo a principios de mes para intentar convencer a Macron de que no nombrara primer ministro al veterano centrista François Bayrou, al que el expresidente, como es sabido, desprecia.
Pero tras una larga vacilación, Macron siguió adelante y nombró a Bayrou.