El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, invitó al presidente chino, Xi Jinping, a asistir a su toma de posesión el 20 de enero, informó CBS News el miércoles.
La oferta se hizo a principios de noviembre, poco después de la victoria electoral de Trump, según dijeron varias fuentes al medio de comunicación. No está claro si Xi la ha aceptado.
En una reciente entrevista con NBC News, Trump dijo que se “llevaba muy bien” con Xi y que se habían comunicado la semana anterior.
El equipo de Trump ha sugerido recibir a otros líderes en el Capitolio el 20 de enero, además de Xi. Si bien normalmente se invita a embajadores y diplomáticos, los registros del Departamento de Estado desde 1874 indican que ningún líder extranjero ha asistido jamás a una ceremonia de transferencia de poder.
La aparente rama de olivo hacia China llega a pesar de que la administración entrante de Trump cuenta con varios halcones contra Pekín, incluido el senador Marco Rubio como secretario de Estado.
El presidente electo ha prometido aplicar al país un “arancel adicional del 10%, además de cualquier arancel adicional” a menos que tome medidas contra el tráfico de fentanilo, un importante contribuyente a la crisis de los opioides.
Durante su campaña amenazó con imponer aranceles superiores al 60% a las importaciones estadounidenses procedentes de China.
El martes, el presidente Xi Jinping advirtió que ninguna de las partes saldrá victoriosa en caso de una guerra comercial.
Xie Feng, embajador de China en Estados Unidos, leyó una carta de Xi en una gala del Consejo Empresarial Estados Unidos-China en Washington el miércoles, enfatizando la importancia del diálogo por sobre la confrontación y pidiendo una cooperación mutuamente beneficiosa en lugar de juegos de suma cero.
Xie instó a no disociar las cadenas de suministro, mientras que el embajador de Estados Unidos en Pekín, Nicholas Burns, advirtió que Pekín a veces intenta “endulzar” la naturaleza competitiva de la relación bilateral.