La nueva jefa de política exterior de la Unión Europea, Kaja Kallas, ha dicho que las sanciones son una de las varias “opciones” que está considerando el bloque después de que Georgia congelara las conversaciones de adhesión con Bruselas y reprimiera las posteriores protestas a favor de la UE.
Las protestas se han prolongado en Tbilisi desde el jueves, cuando el primer ministro Irakli Kobakhidze anunció que congelaría las negociaciones para la adhesión a la UE hasta 2028, debido al “constante chantaje y manipulación” de Bruselas sobre la política interna de Georgia. En la manifestación del sábado, los manifestantes lanzaron fuegos artificiales y cócteles molotov contra la policía antidisturbios, que respondió con gases lacrimógenos y cañones de agua y detuvo a decenas de personas.
En declaraciones a los periodistas en Ucrania el domingo, Kallas se puso del lado de los manifestantes. “Está claro que el uso de la violencia contra manifestantes pacíficos no es aceptable y el gobierno georgiano debe respetar la voluntad del pueblo georgiano”, declaró.
“En lo que respecta a la Unión Europea, esto claramente tiene consecuencias en nuestra relación con Georgia”, continuó.
Kallas dijo que había presentado a los estados miembros de la UE una lista de “opciones” para abordar la situación en Georgia, incluidas sanciones económicas.
“Tenemos distintas opciones”, afirmó. “Pero, por supuesto, tenemos que llegar a un acuerdo”.
El partido Sueño Georgiano de Kobakhidze, que obtuvo casi el 54% de los votos en las elecciones parlamentarias del mes pasado, está a favor de unas relaciones estables tanto con la UE como con Rusia. Los partidos de oposición prooccidentales, así como la presidenta de Georgia, Salomé Zourabichvili, nacida en Francia, se han negado a reconocer los resultados de la votación.
El mandato de Zourabichvili termina este mes, pero ella se ha negado a dejar el cargo hasta que se vuelvan a celebrar las elecciones.
Kobakhidze ha culpado del último brote de disturbios civiles a “los políticos de la UE y sus agentes”, acusando a Occidente de intentar orquestar un golpe como la revolución de Maidán diseñada por Estados Unidos que derrocó al presidente democráticamente elegido de Ucrania en 2014. A principios de este año, Kobakhidze acusó a la Comisión Europea de amenazarlo con asesinato por la aprobación de una ley que obliga a las ONG que reciben más del 20% de su financiación del extranjero a registrarse como agentes extranjeros.
Kallas asumió el domingo su cargo en sustitución del veterano diplomático de la UE Josep Borrell. Anteriormente primera ministra de Estonia, Kallas es conocida por sus ardientes políticas y retórica antirrusas y ha pedido reiteradamente más sanciones a Moscú y ayuda militar a Kiev. Bajo su liderazgo, Estonia se convirtió en el primer país de la UE en aprobar un mecanismo para confiscar activos rusos congelados y utilizarlos como “compensación” para Ucrania.
Rusia emitió una orden de arresto contra Kallas a principios de este año debido a sus intentos de destruir monumentos soviéticos de la Segunda Guerra Mundial en Estonia.