Después de 25 años de negociaciones, el acuerdo de libre comercio (TLC) entre la UE y el Mercosur aún carece de apoyo unánime de los estados miembros, ya que los temores sobre el futuro del sector agrícola chocan con las necesidades estratégicas del bloque.
El 28 de junio de 2019 se alcanzó un acuerdo político para abrir el comercio entre los 27 estados miembros de la UE y los cuatro miembros fundadores del bloque sudamericano, Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. (Bolivia se unió al Mercado Común del Sur, comúnmente conocido por su abreviatura en español como Mercosur en 2024, por lo que no participó en las negociaciones anteriores).
El acuerdo busca establecer una de las zonas de libre comercio más grandes del mundo, que abarca 750 millones de personas y aproximadamente una quinta parte de la economía global.
Aun así, para Europa, no son las ganancias económicas las que hacen que el acuerdo sea más atractivo, sino más bien su importancia estratégica en una época en que el bloque enfrenta disputas comerciales con sus dos mayores socios comerciales, Estados Unidos y China.
“Creo que una de las principales preocupaciones es que muchos de los países sudamericanos están desarrollando vínculos más estrechos con China y fomentando las relaciones comerciales con China en un momento en que la UE quiere diversificarse más allá de China”, dijo Frances Li, analista para Europa de Economist Intelligence Unit a Euronews Business.
“Esto llega en un momento crítico. Y con la posibilidad de que Estados Unidos aplique aranceles a principios del año que viene, creo que hay una mayor presión para que la UE intente firmar un acuerdo”.
El comercio no es muy significativo entre los dos bloques.
Según datos de la Comisión Europea, en 2023 las exportaciones de la UE a los cuatro países del Mercosur ascendieron a 55.700 millones de euros (las exportaciones a EE.UU. en el mismo año fueron nueve veces esta cantidad, 502.000 millones de euros), mientras que las exportaciones del Mercosur a la UE totalizaron 53.700 millones de euros.
¿Cuáles son los bienes más importantes que importa la UE desde el Mercosur?
La mayor parte de las exportaciones del Mercosur a la UE fueron alimentos y animales vivos (32,4% de las exportaciones totales) y productos minerales (29,6%) en 2023.
La apertura de rutas comerciales con los países del Mercosur brinda a la UE la posibilidad de diversificar sus fuentes de minerales críticos clave necesarios para construir baterías y paneles solares y aprovechar la energía eólica y el hidrógeno verde, para acelerar la transición verde, en resumen.
El Mercosur cuenta con importantes recursos minerales críticos, como litio (esencial para baterías recargables), grafito, níquel, manganeso y tierras raras.
Actualmente, el bloque necesita obtener una gran parte de estos minerales de China, pero disputas comerciales como la relacionada con los aranceles que afectan a los vehículos eléctricos importados de China también podrían eclipsar dichas relaciones comerciales.
Mientras tanto, los países del Mercosur se perfilan como actores cruciales para asegurar el suministro de alimentos a Europa. La región aporta aproximadamente una cuarta parte de las exportaciones mundiales de productos agrícolas y pesqueros.
Por otra parte, los productos alimenticios sudamericanos, especialmente la carne de vacuno y de ave, preocupan especialmente al sector agrícola europeo, que teme una competencia desleal y aduce preocupaciones medioambientales, siendo los agricultores franceses los que más se quejan, apoyados por su gobierno.
¿Qué países podrían beneficiarse más del acuerdo comercial?
El acuerdo de libre comercio es visto ampliamente como beneficioso para sectores como la industria automovilística y la maquinaria, pero desfavorable para el sector agrícola, dividiendo así a los países según sus principales intereses.
El TLC pretende eliminar los aranceles sobre el 100% de todos los bienes industriales importados por la UE desde el bloque sudamericano. Por su parte, el Mercosur eliminaría los aranceles sobre el 90% de los bienes industriales importados desde la UE, incluidos automóviles, maquinaria, equipos informáticos, textiles, chocolate, licores y vino.
“Los aranceles sobre los automóviles y sus componentes en el Mercosur son actualmente del 35%, lo cual es muy alto. Para la maquinaria, del 14% al 20%, y para los productos químicos, del 18%”, dijo Li. “Por eso, países como Alemania estarán muy contentos de ver que algunos de esos aranceles se reducen”.
Mientras el país enfrenta una de sus peores crisis, el canciller alemán Olaf Scholz ha pedido repetidamente cerrar el acuerdo diciendo que: “El acuerdo del Mercosur es innovador para diversificar y fortalecer la resiliencia de nuestra economía”.
Sin duda fortalecería a la maltrecha industria automovilística alemana, incluidas Volkswagen, BMW y Mercedes-Benz, así como a la industria química alemana con empresas como Bayer.
Según datos de la Comisión Europea, las exportaciones alemanas al Mercosur ascienden a 15.400 millones de euros al año, procedentes de 12.000 empresas alemanas y garantizan 244.000 puestos de trabajo en la mayor economía de Europa.
España, la cuarta economía más grande del bloque, también parece ser uno de los ganadores, con fuertes exportaciones en el sector manufacturero del país, así como en las industrias química y farmacéutica.
Según un estudio encargado por la Secretaría de Estado de Comercio del país, las exportaciones de España al Mercosur crecerán un 37% cuando el acuerdo haya desplegado sus efectos, impulsando el PIB un 0,23% y creando más de 22.000 empleos.
Los partidarios del TLC dicen que el acuerdo va mucho más allá de reducir los aranceles: da acceso a las empresas europeas a contratos públicos en estos países sudamericanos, apoya las inversiones y abre la puerta a los proveedores de servicios europeos.
¿Qué países se oponen al acuerdo comercial?
Francia se opone estrictamente al acuerdo comercial, que permitiría a los países del Mercosur exportar 99.000 toneladas adicionales de carne de vacuno a la UE con un arancel del 7,5%, además de las 200.000 toneladas actualmente importadas.
“Para poner esta cantidad en contexto, después de cinco años de introducción progresiva representaría el 1,2% del consumo total de carne de vacuno de la UE, de 8 millones de toneladas al año”, se lee en el informe de la Comisión Europea titulado ‘El pilar comercial del Acuerdo de Asociación UE-Mercosur’.
El acuerdo liberaría de derechos otras 180.000 toneladas de aves de corral, así como hasta 45.000 toneladas de miel, 60.000 toneladas de arroz e incluso 180.000 toneladas de azúcar.
Los agricultores europeos están muy preocupados por las importaciones de carne de vacuno, aves de corral y azúcar que, según dicen, crean una competencia desleal, ya que los agricultores del bloque soportan costes más altos debido a la necesidad de respetar las estrictas normas europeas de seguridad alimentaria, bienestar animal y medio ambiente y pagan salarios más altos en comparación con los de los agricultores sudamericanos.
También se acusa a la UE de hacer la vista gorda ante la degradación ambiental en Brasil, donde la producción de carne de vacuno se ha convertido en un importante motor de la deforestación tropical debido a los esfuerzos por ganar tierras de pastoreo.
La ministra de Agricultura francesa, Annie Genevard, se ha opuesto públicamente al acuerdo comercial entre la UE y el Mercosur, citando riesgos de deforestación y preocupaciones sanitarias vinculadas a la carne tratada con hormonas.
La asociación de agricultores europeos, Copa Cogeca, también ha expresado preocupaciones similares, dada la falta de trazabilidad del ganado y el uso de hormonas, promotores de crecimiento y pesticidas en estos países, que son ilegales en la UE.
El presidente francés, Emmanuel Macron, ha pedido cambios en el acuerdo para proteger a los agricultores europeos, que garantizarían que los productos agrícolas importados cumplan los mismos estándares que los producidos dentro de la UE.
La Comisión afirma que todos los acuerdos deben estar en consonancia con las normas sociales y medioambientales de la UE y que el acuerdo entre la UE y el Mercosur renueva los compromisos de las partes con el Acuerdo de París, con un mecanismo de seguimiento.
Aún así, Macron se mostró firme en el actual G20 en Argentina, al decir sobre el proyecto de acuerdo con el Mercosur que Francia “no firmará tal como está”.
Italia expresa sus reservas
Italia también se está posicionando del lado de la oposición, aun cuando su fuerte industria automotriz y de ingeniería, su industria de la moda y sus alimentos regionales, incluido el queso parmesano, podrían posicionar bien al país para beneficiarse del TLC.
“El tratado UE-Mercosur en su forma actual no es aceptable”, afirmó el ministro de Agricultura italiano en un comunicado de prensa citado por el Brussels Times. El lunes, Francesco Lollobrigida exigió que los agricultores del Mercosur estén sujetos a las mismas “obligaciones” que sus homólogos de la UE.
Irlanda, quinto mayor exportador de carne de vacuno del mundo, también tiene serias preocupaciones sobre el acuerdo, pues teme que la competencia reduzca a la mitad los precios en los principales mercados europeos, como Francia. Los ganaderos belgas también han protestado contra el acuerdo comercial.
Polonia, un país con unas modestas exportaciones de 500 millones de euros al Mercosur, también ha mostrado signos de descontento con el TLC planeado.
“El Ministerio de Agricultura tiene serias reservas sobre el resultado de las negociaciones de la Comisión Europea con los países del Mercosur”, indicó el comunicado del ministerio del país.
Al examinar el impacto económico acumulativo de 10 próximos acuerdos comerciales sobre la agricultura de la UE, la Comisión Europea no negó la vulnerabilidad de los sectores de carne de vacuno, ovino, avícola, azucarero y arrocero, pero también destacó que los TLC tienen el potencial de beneficiar al sector agroalimentario de la UE, especialmente los sectores de productos lácteos, carne de cerdo, alimentos procesados y bebidas.
¿Qué pasaría si Europa no lograse llegar a un acuerdo?
Países como Francia podrían no tener poder de veto si una mayoría cualificada de al menos 15 Estados miembros aprueba el acuerdo. En ese caso, el acuerdo requeriría la ratificación del PE.
También hay una presión creciente sobre la Comisión Europea para que concluya las negociaciones debido a las crecientes preocupaciones de que los socios del Mercosur puedan estar cada vez más a favor de abandonar el acuerdo de la UE y centrarse en cambio en otros acuerdos comerciales con países asiáticos, en particular China.
El bloque comercial sudamericano firmó un acuerdo comercial crucial el año pasado con Singapur y está buscando activamente acuerdos con Corea del Sur y Japón para mejorar las exportaciones de alimentos a Asia.
Los expertos dicen que el principal interés de Europa en este momento es diversificar sus relaciones comerciales y reducir la dependencia tanto de China como de Estados Unidos.