Un atacante suicida hizo estallar una bomba el sábado en una estación de tren en el inestable suroeste de Pakistán, matando al menos a 25 personas, incluidos agentes de seguridad, e hiriendo a otras 50, algunas de gravedad, dijeron las autoridades.
El ataque ocurrió cuando casi 100 pasajeros esperaban un tren para viajar a la ciudad guarnición de Rawalpindi desde Quetta, la capital de la conflictiva provincia de Baluchistán, según Hamza Shafqaat, un alto administrador del gobierno.
El grupo separatista Ejército de Liberación de Baluchistán se atribuyó el ataque en un comunicado, afirmando que un atacante suicida había atacado a las tropas presentes en la estación de tren. El grupo ilegalizado BLA lleva mucho tiempo librando una insurgencia que busca la independencia de Islamabad.
La policía dijo que entre los muertos también había alrededor de una docena de agentes de seguridad.
Las imágenes de televisión mostraron la estructura de acero del techo de la plataforma destruida y un puesto de té mientras el equipaje cubría el lugar.
Ayesha Faiz, un funcionario de policía de Quetta, dijo que algunos de los pasajeros gravemente heridos murieron en un hospital, lo que aumentó el número de muertes.
Shahid Rind, portavoz del gobierno, dijo que todos los heridos fueron trasladados a hospitales para recibir tratamiento.
El primer ministro Shehbaz Sharif denunció el atentado en un comunicado, diciendo que quienes orquestaron el ataque “pagarán un precio muy alto por ello”, añadiendo que las fuerzas de seguridad estaban decididas a eliminar “la amenaza del terrorismo”.
El ataque se produjo poco más de una semana después de que una potente bomba colocada en una motocicleta explotara cerca de un vehículo que transportaba a agentes de policía asignados para proteger a los trabajadores de la lucha contra la polio en Baluchistán, matando a nueve personas, incluidos cinco niños cercanos.
Baluchistán, rica en petróleo y minerales, es la provincia más grande de Pakistán, pero también la menos poblada. También es un centro para la minoría étnica baluchi del país, cuyos miembros dicen que sufren discriminación y explotación por parte del gobierno central. Junto con los grupos separatistas, también operan en la provincia militantes islámicos.
El BLA suele atacar a las fuerzas de seguridad y a los extranjeros, especialmente a los ciudadanos chinos que se encuentran en Pakistán como parte de la multimillonaria Iniciativa del Cinturón y la Ruta de la Seda de Pekín, que está construyendo importantes proyectos de infraestructura. El grupo suele exigir la detención de todos los proyectos financiados por China y que los trabajadores abandonen Pakistán para evitar nuevos ataques.
El mes pasado, el BLA se atribuyó la responsabilidad de un atentado suicida contra un convoy con ciudadanos chinos en las afueras del aeropuerto de Karachi, en el que murieron dos personas. Desde entonces, Pekín ha pedido a Pakistán que garantice la seguridad de sus ciudadanos que trabajan en múltiples proyectos en Baluchistán y otras partes del país.