Vuelve Donald Trump al poder y tiene dos miradas puestas sobre su figura con firmeza: la de Rusia y la de Ucrania. En su momento el expresidente de Estados Unidos dijo que podía “acabar con la guerra en 24 horas” y en Kiev y Moscú acogen su victoria en las presidenciales con dos visiones diferentes, aunque con cautelas compartidas (por motivos también distintos).
Putin y Trump tienen buena relación, pero Moscú no quiere dar pasos en falso. Mientras, Zelensky se ve en apuros porque la vuelta del magnate a la Casa Blanca puedo bloquear del todo cualquier nueva ayuda para hacer frente a operación militar.
El Kremlin sigue viendo a EEUU como “un país hostil”, según el portavoz del Gobierno de Putin, Dimitri Peskov, que desconoce si el presidente felicitará a Trump; sí asume que una mejora en las relaciones entre ambos países “dependerá” de Washington y tiene claro que “no pueden empeorar” después de los últimos años. En palabra de Peskov, Moscú sigue abierto a un “diálogo constructivo” basado “en la libertad y la igualdad”.
“Putin mantiene esta actitud. La ha confirmado en repetidas ocasiones. En estos momentos, la Administración estadounidense se opone diametralmente. Veremos lo que pasa en enero”, sostuvo, en referencia al momento en el que Trump volverá a tomar posesión como presidente. “Lo que pase dependerá de la próxima cúpula en Estados Unidos”, alertó, antes de incidir en que Estados Unidos “es un país hostil implicado de forma directa e indirecta en una guerra” contra Moscú. No tuvo eso sí el portavoz referencias a la OTAN.
En ese escenario, uno de los mensajes más relevantes fue el del presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, que ve cómo ahora puede peligrar la ayuda de EEUU a su país con este cambio en el poder. En cierto modo se ve en la cuerda floja. “Valoro el compromiso del presidente Trump con el enfoque de paz a través de la fuerza en los asuntos internacionales.
Este es exactamente el principio que puede acercar prácticamente la paz justa en Ucrania. Tengo la esperanza de que lo pongamos en práctica juntos”, resumió, y añadió un deseo: “Esperamos que Estados Unidos sea fuerte bajo el liderazgo decisivo del presidente Trump. Confiamos en que Ucrania seguirá recibiendo un fuerte apoyo bipartidista”. Kiev espera “una cooperación política y económica mutuamente beneficiosa que beneficie a ambas naciones”.
El presidente ucraniano en su primer mensaje dejó la mano tendida a Washington, aunque quedan unos meses para que Trump pase a tomar decisiones. “Ucrania, como una de las mayores potencias militares de Europa, está comprometida a garantizar la paz y la seguridad a largo plazo en Europa y en la comunidad transatlántica con el apoyo de nuestros aliados.
Espero felicitar personalmente al presidente Trump y discutir formas de fortalecer la asociación estratégica de Ucrania con Estados Unidos”, añadió Zelensky aunque el recelo se fija sobre todo en el que será el nuevo vicepresidente de EEUU, JD Vance, una de las voces más críticas con la ayuda a Kiev.
Por su parte, el expresidente ruso y actual vicepresidente del Consejo de Seguridad, Dimitri Medvedev, ve a Trump como un “líder terco” pero eso no es malo a ojos de Moscú.
“Es un empresario de corazón y odia gastar dinero en parásitos, gorrones, aliados idiotas,malos proyectos de caridad y organizaciones internacionales glotonas”, resumió, poniendo en duda la presión que va a recibir el nuevo presidente para mantener el apoyo a Kiev, pese a las dudas no solo de Zelensky sino también de los aliados occidentales.