Los trabajadores de la fábrica de Boeing votaron para aceptar un acuerdo y poner fin a su huelga de más de siete semanas.
La medida abre el camino para que el gigante aeroespacial reanude la producción de su avión de pasajeros más vendido y genere el efectivo que tanto necesita.
Los líderes del distrito de Seattle de la Asociación Internacional de Maquinistas y Trabajadores Aeroespaciales dijeron que el 59% de los miembros que emitieron su voto acordaron aprobar la cuarta oferta formal de la compañía y la tercera fue sometida a votación. El acuerdo incluye un aumento salarial del 38% en cuatro años y bonificaciones por ratificación y productividad.
Sin embargo, Boeing no cumplirá las demandas de los huelguistas de restaurar un plan de pensiones de la empresa que fue congelado hace casi una década.
Boeing ya puede reanudar la producción
La ratificación del contrato en vísperas del día de las elecciones ha despejado el camino para que un importante fabricante y contratista del gobierno estadounidense reinicie las líneas de montaje del noroeste del Pacífico que han estado inactivas durante 53 días.
Los analistas del Bank of America estimaron el mes pasado que Boeing estaba perdiendo unos 50 millones de dólares (46 millones de euros) al día mientras duró la huelga. Una planta no sindicalizada en Carolina del Sur donde la empresa fabrica los 787 no se vio afectada.
El director ejecutivo de Boeing, Kelly Ortberg, dijo en un mensaje a los empleados que estaba satisfecho de haber llegado a un acuerdo.
“Aunque los últimos meses han sido difíciles para todos nosotros, todos formamos parte del mismo equipo”, afirmó Ortberg. “Sólo avanzaremos si escuchamos y trabajamos juntos. Hay mucho trabajo por delante para volver a la excelencia que convirtió a Boeing en una empresa emblemática”.
Se llega a un acuerdo, pero Boeing se mantiene firme en materia de pensiones
Según el sindicato, los 33.000 trabajadores que representa podrán volver a trabajar el miércoles o el 12 de noviembre. Ortberg ha dicho que podrían pasar “un par de semanas” hasta que se reanude la producción, en parte porque algunos trabajadores podrían necesitar volver a formarse.
Según la empresa, el salario medio anual de los maquinistas de Boeing es actualmente de 75.608 dólares (69.383 euros) y aumentará hasta los 119.309 dólares (109.486 euros) con el nuevo contrato. El sindicato afirmó que el valor compuesto del aumento salarial prometido ascendería a un incremento de más del 43% durante la vigencia del acuerdo.
El presidente Joe Biden felicitó a los maquinistas y a Boeing por llegar a un acuerdo que, según él, respalda la equidad en el lugar de trabajo y mejora la capacidad de los trabajadores para jubilarse con dignidad.
El acuerdo, dijo, era importante para el futuro de Boeing como “una parte crítica del sector aeroespacial de Estados Unidos”.
Un año turbulento para Boeing
Una huelga continuada habría sumido a Boeing en un mayor peligro financiero y una mayor incertidumbre. El mes pasado, Ortberg anunció planes de despedir a unas 17.000 personas y una venta de acciones para evitar que la calificación crediticia de la empresa se redujera a la categoría de basura.
La huelga comenzó el 13 de septiembre con un rechazo abrumador del 94,6% a la oferta de la empresa de aumentar los salarios en un 25% en cuatro años, mucho menos que la demanda original del sindicato de aumentos salariales del 40% en tres años.
El impasse laboral -la primera huelga de los maquinistas de Boeing desde un paro de ocho semanas en 2008- fue el último revés en un año volátil para el gigante aeroespacial. La huelga de 2008 duró ocho semanas y le costó a la empresa unos 100 millones de dólares (92 millones de euros) diarios en ingresos diferidos. Una huelga de 1995 duró 10 semanas.
Boeing ha sido objeto de varias investigaciones federales este año después de que un tapón de la puerta explotara en un avión 737 Max durante un vuelo de Alaska Airlines en enero. Los reguladores federales impusieron límites a la producción de aviones Boeing que, según dijeron, durarían hasta que estuvieran seguros de la seguridad de la fabricación en la empresa.
El incidente del tapón de la puerta reavivó las preocupaciones sobre la seguridad del 737 Max. Dos de los aviones se habían estrellado con menos de cinco meses de diferencia en 2018 y 2019, matando a 346 personas.
El entonces director ejecutivo, cuyos esfuerzos por arreglar la empresa fracasaron, anunció en marzo que dimitiría. En julio, Boeing aceptó declararse culpable de conspiración para cometer fraude por engañar a los reguladores que aprobaron el 737 Max.