Los presidentes de China e Italia dialogarán aquí sobre cooperación bilateral en medio de las tensiones comerciales que hoy matizan los nexos entre el gigante asiático y la Unión Europea (UE).
De acuerdo con la vocera de la Cancillería Mao Ning, el mandatario italiano, Sergio Mattarella realizará una visita de Estado que se extenderá del 7 al 12 de noviembre próximo.
Xi Jinping sostendrá conversaciones oficiales con su homólogo para trazar un plan de desarrollo futuro de las relaciones bilaterales, mientras que el primer ministro Li Qiang y el presidente del Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional, Zhao Leji, también mantendrán encuentros por separado, agregó.
La portavoz destacó en conferencia de prensa que China e Italia, ambas naciones con vastas tradiciones culturales y fuertes economías, cuentan con una sólida base de amistad y cooperación, beneficiosa para sus intereses comunes y para el fortalecimiento de los vínculos bilaterales.
Mao resaltó que este año marca el 20 aniversario del establecimiento de la asociación estratégica integral entre ambos países y que la visita de altos líderes italianos, incluida la reciente de la primera ministra Giorgia Meloni, refleja el elevado nivel de las relaciones entre las dos naciones.
Según la vocera, Beijing espera que la agenda de Mattarella profundice la confianza política, fortalezca la cooperación en áreas prácticas y fomente el intercambio cultural, además de contribuir a la estabilidad global en un contexto de crecientes desafíos internacionales.
China e Italia emitieron recientemente un plan de acción para fortalecer la asociación estratégica integral (2024-2027), después del encuentro aquí entre el presidente Xi y la primera ministra Meloni.
Roma salió a finales del año pasado de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, propuesta por China hace 11 años.
Italia era el único país del G7 que había adherido al megaproyecto de infraestructura que busca conectar a Asia, Europa y África principalmente.
Por otro lado, Italia fue uno de los 10 países de la UE que respaldaron la imposición de aranceles a la importación de vehículos eléctricos desde el gigante asiático, una decisión que rechazó Beijing tras calificarla de injusta, proteccionista y poco razonable.