China destacó hoy el rechazo de más de 100 países a las críticas de Australia, Estados Unidos y otras naciones occidentales sobre supuestas violaciones de derechos humanos en Xinjiang y Tíbet.
El portavoz de la Cancillería Lin Jian subrayó que en la reciente sesión de la Tercera Comisión de la Asamblea General de la ONU, Pakistán, en representación de 80 países, afirmó que estos son asuntos internos del gigante asiático y condenó el uso de los derechos humanos como excusa para la interferencia externa.
Asimismo, más de 100 naciones expresaron su apoyo a la postura de China en Naciones Unidas, «lo que refleja la fuerte voluntad de la comunidad internacional y demuestra que las maniobras políticas de Australia, Estados Unidos y otros países occidentales no tienen respaldo y fracasarán», agregó el vocero.
De acuerdo con Lin Jian, esos Estados y otros de occidente utilizan los derechos humanos como herramienta política, mientras enfrentan serios problemas sobre esta cuestión en sus propios territorios, como la discriminación racial y la injusticia social.
Instamos a Australia, Estados Unidos y otros países occidentales a enfrentar sus problemas, dijo el vocero al tiempo que instó a dejar de politizar y usar este tema para intentar dañar a China.
Del mismo modo, los convidó a participar de manera constructiva en la cooperación internacional en cuanto a este tópico.
Beijing condenó recientemente la resolución del Parlamento Europeo que critica la situación de los derechos humanos en Xinjiang, Tíbet, Hong Kong, Macao y otras regiones del país.
Durante una conferencia de prensa, la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores Mao Ning rechazó las acusaciones, calificándolas de «infundadas» y de una «grosera injerencia en los asuntos internos de China».
La vocera expresó el fuerte descontento» y la resoluta oposición» ante la decisión del órgano legislativo europeo.
Además, subrayó que la resolución viola los principios básicos del derecho internacional y de las relaciones diplomáticas.
Beijing subrayó en varias ocasiones su enfoque centrado en el pueblo, el cual considera la protección de los derechos humanos como una tarea fundamental en la gobernanza del país.