Mientras Francia y la UE enfrentan una grave crisis en la industria automovilística, el presidente francés, Emmanuel Macron, inauguró oficialmente el lunes la 90ª edición del Salón del Automóvil de París, uno de los eventos más importantes de la industria automotriz.
El presidente francés, Macron, mencionó el “momento difícil” que viven los fabricantes de automóviles franceses y de la UE, debido en parte a la feroz competencia de los rivales chinos.
El lunes, afirmó que “en tiempos como estos es necesario proteger a Francia. Es normal imponer aranceles”, en alusión al plan de la Comisión Europea de gravar fuertemente los vehículos eléctricos baratos producidos en China que han inundado el mercado de la UE, haciendo bajar los precios.
Macron también destacó la importancia de un frente unido: “Europa debe tener una estrategia unida, para ayudar en esta transición, seguir invirtiendo y preservar las reglas de juego justas”, afirmó el líder francés.
En Francia, las matriculaciones de coches nuevos han caído en picado estos últimos meses, alcanzando su nivel más bajo en 20 años.
Lo mismo ocurre en la UE: estamos viendo una caída de más del 18% en las matriculaciones de coches nuevos en agosto.
Grandes actores de la industria automovilística francesa, como Michelin, han detenido la producción en algunas de sus fábricas de neumáticos.
Mientras tanto, el jefe del gigante automovilístico Stellantis, Carlos Tavares, dijo el domingo que no descarta cierres de fábricas dentro del grupo en toda la UE.
La semana pasada, el gobierno francés presentó su proyecto de presupuesto para 2025, que también es motivo de preocupación para la industria automovilística francesa.
Incluye fuertes sanciones para los motores de combustión y una bonificación reducida para los coches eléctricos.