Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han confirmado que al menos ocho de sus militares han fallecido en combate en el sur de Líbano, un territorio sobre el que lanzaron una incursión terrestre esta semana en el marco de la guerra contra el partido-milicia chií Hezbolá.
El Ejército había informado horas antes de que el comandante Eitan Itzhak Oster, de apenas 22 años, había “caído en combate en Líbano”, aunque sin brindar más detalles sobre el lugar de los enfrentamientos, aunque sí ha confirmado combates “a corta distancia” con la milicia.
Ahora las FDI han emitido un nuevo comunicado en el que incluyen los nombres de los capitanes Harel Etinger e Itai Ariel Giat; los sargentos de primera clase Noam Barzilay, Or Mantzur y Nazar Itkin; así como los sargentos del Estado Mayor Almken Terefe e Ido Broyer. Todos ellos de entre 21 y 23 años.
El Ejército ha detallado que dos de ellos han muerto durante un tiroteo con miembros de Hezbolá en una localidad del sur de Líbano en el que también perdió la vida el citado Oster y otros cinco militares han resultado gravemente heridos. El resto de fallecidos han muerto en otros dos incidentes separados.
Hezbolá habló a primera hora del día de combates con las tropas israelíes tras “un intento de infiltración” en los alrededores de la localidad de Odaisé y aseguró que había causado “bajas” a las fuerzas de Israel, forzando su “retirada. Posteriormente, las Fuerzas Armadas de indicaron que tropas del Ejército israelí han cruzado la conocida como Línea Azul, la frontera que separa ‘de facto’ los dos países vecinos, y han entrado en territorio libanés.
El Ejército de Líbano ha confirmado además que un soldado ha resultado herido a causa de un bombardeo ejecutado por un dron en una carretera situada en los alrededores de Kukba y ha recalcado que el militar participaba en trabajos para “abrir la carretera que conecta Marjayún y Hasbaya” con el objetivo de “garantizar el paso de los ciudadanos” que huyen de los ataques israelíes.
Israel ha descrito su invasión de Líbano como una operación “selectiva y limitada” contra “objetivos terroristas e infraestructuras” de Hezbolá, argumentando que suponen “una amenaza inmediata y real para los asentamientos israelíes en la frontera norte”, tras más de once meses de combates con Hezbolá después de que el grupo atacara territorio israelí un día después de los ataques perpetrados el 7 de octubre de 2023 por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) y otras facciones palestinas, que llevaron a Israel a desatar una cruenta ofensiva contra la Franja de Gaza.