La crisis de la vivienda tiene sus raíces en una escasez crónica de viviendas asequibles y sociales, una situación agravada por los extranjeros ricos que se mudan a Portugal con la promesa de exenciones fiscales.
Miles de personas han protestado en ciudades de todo Portugal contra los precios inasequibles de las viviendas y el aumento de los costes de alquiler, y muchos afirman que se han visto excluidos del mercado inmobiliario.
Los manifestantes marcharon con pancartas con lemas como “Nuestros barrios no son asunto vuestro” y “Tengo que elegir entre pagar una casa o comer”.
La crisis de la vivienda tiene sus raíces en una escasez crónica de viviendas asequibles y sociales, una situación agravada por los extranjeros ricos que se mudan a Portugal con la promesa de exenciones fiscales.
El auge del turismo también ha provocado un aumento de los alquileres vacacionales de corta duración, lo que ha ejercido aún más presión sobre el mercado inmobiliario para los locales.
Entre 2020 y 2021, los precios de la vivienda en Portugal se dispararon un 157%.
Según Eurostat, la agencia de estadísticas de la Unión Europea, los alquileres aumentaron un 112% entre 2015 y 2021.
Portugal es uno de los países más pobres de Europa occidental y desde hace mucho tiempo busca inversiones gracias a una economía de bajos salarios.
Poco más de la mitad de los trabajadores portugueses ganaban menos de 1.000 euros al mes, según las estadísticas del Ministerio de Trabajo para 2022.