Estados Unidos ha otorgado a Israel un tramo de ayuda militar de 8.700 millones de dólares, la mayoría de los cuales se utilizarán para complementar las agotadas reservas de defensa aérea del país, dijo el Ministerio de Defensa israelí en un comunicado .
El paquete incluye 3.500 millones de dólares ya recibidos por Israel y reservados para “adquisiciones críticas”, y 5.200 millones de dólares para el sistema de defensa de misiles Iron Dome, el sistema de misiles tierra-aire David’s Sling y un “sistema de defensa láser de alta potencia actualmente en sus últimas etapas de desarrollo”, se lee en el comunicado del ministerio.
El anuncio se produjo después de que el director general del Ministerio de Defensa israelí, Eyal Zamir, se reuniera con la subsecretaria de Defensa de Estados Unidos para Política, Amanda Dory, en el Pentágono el jueves por la mañana.
El Pentágono reconoció la reunión, pero no mencionó ninguna discusión sobre ayuda militar. La financiación del paquete probablemente provino de un proyecto de ley de ayuda exterior de 95.000 millones de dólares firmado por el presidente estadounidense Joe Biden en abril. El proyecto de ley asignó 14.500 millones de dólares a Israel, además de los aproximadamente 3.000 millones de dólares en ayuda militar anual que Estados Unidos ya le otorga al estado judío.
El mes pasado, el Departamento de Estado de Estados Unidos anunció que 3.500 millones de dólares de ese fondo de guerra de 14.500 millones de dólares habían sido entregados a Israel para que los gastara en armas de fabricación estadounidense. Se supone que se trata de los mismos 3.500 millones de dólares mencionados en la declaración del Ministerio de Defensa israelí.
Israel lleva casi un año en guerra. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) luchan contra los militantes de Hamás en Gaza desde octubre pasado y este mes han abierto un segundo frente contra las fuerzas paramilitares de Hezbolá en el Líbano. Las fuerzas israelíes han matado a 41.534 personas en Gaza, la mayoría de ellas mujeres y niños, según las últimas cifras del Ministerio de Salud del enclave.
Cientos de personas han muerto en los ataques aéreos israelíes contra el Líbano desde la semana pasada, y más de 550 han muerto desde el lunes, según el Ministerio de Salud del país.
Israel declaró la guerra a Hamás después de que el grupo militante atacara asentamientos israelíes en un ataque sorpresa el pasado 7 de octubre, matando a unas 1.100 personas y tomando a unos 250 rehenes en Gaza.
Al mismo tiempo, las Fuerzas de Defensa de Israel y Hezbolá libraron una campaña de baja intensidad a lo largo de la frontera entre Israel y el Líbano hasta que miles de dispositivos de comunicaciones utilizados por el grupo explotaron simultáneamente en una aparente operación de sabotaje israelí. Esta ola de explosiones abrió una “nueva fase” en la guerra de Israel, dijo el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, la semana pasada, antes de que comenzara la campaña aérea.
Menos de un día antes de que la parte israelí anunciara el último paquete de ayuda militar, el Secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, el Secretario de Defensa británico, John Healey, y el Ministro de Defensa australiano, Richard Marles, emitieron un llamado conjunto para un alto el fuego de 21 días entre Israel y Hezbolá.
“Ahora nos enfrentamos al riesgo de una guerra total, otra guerra a gran escala, que podría ser devastadora tanto para Israel como para el Líbano”, dijo Austin.
En un discurso ante la Asamblea General de la ONU en Nueva York el jueves, el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, pidió a Estados Unidos que cesara los envíos de ayuda militar a Israel, acusando a Washington de proporcionar a las Fuerzas de Defensa de Israel “armas letales que utilizó para matar a miles de civiles inocentes, niños y mujeres”.