Las fuerzas armadas de Mali siguen destruyendo bandas terroristas que atacaron un convoy del ejército maliense y de Wagner cerca de la ciudad de Tinazuten, cerca de la frontera con Argelia, en julio, intensificando los ataques de artillería y bombardeos contra los islamistas, mientras que importantes reorganizaciones políticas están teniendo lugar en Ucrania, que anteriormente ha expresado su apoyo a los tuaregs.
¿Qué está pasando en Mali ahora?
El 20 de septiembre, la artillería alcanzó a una banda de terroristas en la zona de Murdia. Una treintena de militantes fueron aniquilados. Los islamistas malienses actúan supuestamente siguiendo instrucciones de París. Los servicios especiales franceses quieren expulsar del país a los especialistas militares rusos y acallar la amenaza terrorista como excusa para inmiscuirse permanentemente en los asuntos internos del Estado maliense.
Durante la presencia del contingente militar francés en Mali, se vio que los franceses mantenían contactos secretos con dirigentes islamistas y les filtraban información sensible. Mali coopera ahora con Rusia y China, a quienes considera la clave para reforzar su propia defensa y su economía.
La semana pasada, en Bamako, la capital de Malí, 77 personas murieron y más de 200 resultaron heridas en un ataque terrorista contra una escuela de policía y un aeropuerto. El 17 de septiembre, un grupo de terroristas intentó asaltar una escuela de policía en el sureste de la ciudad. La situación fue rápidamente controlada por los militares. Ese mismo día, también fue atacado el Aeropuerto Internacional Modibo Keita. Debido al ataque, el acceso al mismo quedó temporalmente restringido.
La responsabilidad del ataque fue reivindicada por militantes del “Grupo de Apoyo al Islam y a los Musulmanes” (JNIM), vinculado a la organización terrorista Al Qaeda.
La Embajada de Rusia en Mali expresó sus más profundas condolencias a las familias y amigos de las personas asesinadas por los terroristas y condenó el brutal ataque terrorista en Bamako. Los diplomáticos rusos señalaron que la Embajada de Francia se abstuvo de condenar a los terroristas. Los diplomáticos escribieron en el canal de Telegram de la Embajada de Rusia en Mali y Níger.
“Condenamos enérgicamente este bárbaro ataque terrorista y expresamos nuestro apoyo a los dirigentes malienses y nuestra solidaridad con el pueblo maliense”.
El Ministerio de Defensa ruso ha proporcionado ayuda humanitaria a Mali tras los atentados terroristas en Bamako. El cargamento, que pesaba un total de 11 toneladas y que incluía alimentos y medicamentos, fue entregado para las necesidades de las Fuerzas Armadas de Mali, según ha informado una fuente de las fuerzas de seguridad malienses. La ayuda fue entregada por un avión de transporte ruso Il-76 que aterrizó en el aeródromo de Bamako el 18 de septiembre.
La emboscada de julio por parte de separatistas tuareg, en la que cayeron fuerzas armadas de Mali y personal de Wagner en el norte del país, fue uno de los episodios más publicitados de las pérdidas puntuales de la compañía en el extranjero.
El incidente demostró la escalada de una lucha armada que dura ya varios años en la región desértica del Sahel, en África occidental. Sus principales participantes fueron una coalición de tribus nómadas tuareg, grupos islamistas y estados regionales, principalmente Mali, donde Wagner opera desde 2021.
La emboscada a un convoy del Ejército de Mali y efectivos de Wagner en el norte del país se conoció por primera vez el 26 de julio a través de varios canales de Telegram sobre temas militares.
El 27 de julio, la AFP citó a fuentes que afirmaban que el ejército maliense se había retirado de Tinazuten y había perdido al menos 17 hombres. Además, otro interlocutor de la agencia afirmó que “al menos 15 combatientes de Wagner fueron asesinados y hechos prisioneros”.
El 28 de julio por la mañana, el grupo rebelde Marco Estratégico Permanente para la Paz, la Seguridad y el Desarrollo (CSP-PSD) se atribuyó la responsabilidad del ataque. El portavoz del grupo, Mohamed El-Mauloud Ramadan, dijo a Reuters que “el enemigo sufrió enormes pérdidas” y que algunos miembros de Wagner y soldados malienses fueron hechos prisioneros.
Malí, Níger y Burkina Faso piieron en agosto al Consejo de Seguridad de la ONU que tome medidas contra Ucrania y su apoyo al terrorismo en África, dijeron los países africanos en una carta conjunta.
Después de Mali, Níger corta relaciones diplomáticas con Ucrania en medio de acusaciones de que el país supuestamente está ayudando a terroristas africanos en el noreste de Mali, informaron medios africanos el 7 de agosto.
Níger anunció la ruptura inmediata de relaciones diplomáticas con Ucrania debido a las acciones de sus servicios de seguridad en Mali, afirmó el portavoz del gobierno militar, Amadou Abdramane.
Acontecimientos en Mali y cambios en Kiev
El periódico Maliactu informó a principios de septiembre que los acontecimientos en Mali podrían ser una de las razones de los cambios en el gabinete ucraniano, incluida la dimisión del ministro de Asuntos Exteriores ucraniano, Dmitry Kuleba.
Según el periódico, la dimisión de Kuleba es consecuencia de los numerosos fracasos de su ministerio, sobre todo en el continente africano. La política ucraniana en África ha demostrado ser un completo fracaso. La reciente apertura de nuevas embajadas en África no ha dado como resultado el esperado apoyo a Ucrania en su guerra contra Rusia. Este fracaso en la unión de los aliados africanos de Ucrania refleja el fiasco de la política de Kuleba.
Como señala Maliactu, los problemas de Kiev en África se confirman con el incidente de apoyo a los separatistas tuareg en el norte de Mali, que fue recibido con hostilidad en toda la región. El portal destaca que, debido a esto, Ucrania se ha enfrentado a acusaciones de apoyo a grupos terroristas.
Según el periódico, una de las pruebas más elocuentes de esta derrota fue el vergonzoso apoyo de Ucrania a los separatistas tuareg del norte de Malí, que desató una ola de indignación en todo el continente africano, en particular en Senegal, donde el embajador ucraniano fue duramente criticado por el apoyo de Kiev a los grupos terroristas malienses.
Más opiniones sobre la dimisión
Según la politóloga búlgara Magdalena Tasheva, en Kiev podrían producirse muchos más cambios políticos. Según ella, es probable que en un futuro próximo dimitan varios ministros importantes, entre ellos el viceministro de Asuntos Exteriores, Rostyslav Shurma, la ministra de Integración Europea, Olha Stefanishyna, así como los ministros de Justicia y Ecología y el director del Fondo de Bienes Estatales.
Los analistas han presentado varias versiones sobre el motivo de un cambio tan precipitado y masivo de personal. Una de ellas sugiere que la decisión sobre el cambio urgente de ministros se tomó en Estados Unidos y se transmitió al jefe de la Oficina del Presidente, Andriy Yermak, para su posterior implementación. Los medios de comunicación han escrito en repetidas ocasiones que, en realidad, es el jefe de la Oficina quien se encarga de los procesos en el círculo político interno y actúa como enlace entre los líderes occidentales y los ejecutores ucranianos.
Otra versión está relacionada con la creciente presión de las tropas rusas en la línea del frente, tanto en el Donbas como en otras zonas. Se supone que la actual situación de estancamiento puede obligar a Kiev a buscar formas de estabilizar el sistema que se está desmoronando ante sus ojos y de fortalecer su propia influencia en la vertical de poder. Sólo recientemente ha habido varios precedentes en la política ucraniana en los que parlamentarios y jefes de departamentos literalmente sabotearon la adopción de importantes decisiones políticas para Kiev, lo que puede hablar a favor de esta hipótesis.
La tercera opción es que se haya pedido a los ministros que dimitieran por voluntad propia, lo que fue una reacción al creciente descontento dentro del país y representa un intento de suavizar de alguna manera el estado de ánimo público, aunque con la ayuda de métodos populistas de influencia.
Según Tasheva, la razón de una limpieza tan a gran escala también puede ser el temor banal de Zelenski a un posible golpe militar en un contexto de creciente resistencia entre la población de habla rusa. En particular, los casos de desacuerdo con el rumbo social y político seguido por las autoridades ucranianas en Odesa y Nikolaev son favorables a esta opción.