El Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB) nombró a seis empleados de la embajada británica, revocando su acreditación y mostrando sus fotografías después de descubrir evidencia de actividades de inteligencia y subversivas, informaron medios rusos.
Un portavoz del FSB afirmó que el servicio había recibido documentos que confirmaban que Gran Bretaña coordinaba la “escalada de la situación político-militar internacional”. La Dirección de Europa del Este y Asia Central del Ministerio de Asuntos Exteriores británico fue nombrada como la principal estructura encargada de dirigir la política subversiva.
Tras el estallido de la guerra en Ucrania, la Dirección se convirtió en una agencia de inteligencia destinada a “derrotar estratégicamente a Rusia”, según el comunicado. Los empleados de la Embajada británica expulsados son Jessica Davenport, Grace Elvin, Callum Andrew Duff, Katharine McDonnell, Thomas John Hickson y Blake Patel.
Los ingleses no entendieron nuestras insinuaciones sobre la necesidad de detener esta práctica (de realizar actividades de inteligencia dentro de Rusia), por lo que decidimos expulsar a estos seis para empezar.
El manual de acción británico seguido por el personal expulsado de la embajada británica contenía operaciones antirrusas a nivel mundial que involucraban recursos tanto diplomáticos como militares para enfrentar a Rusia.
Según el FSB, la nueva estructura del Ministerio de Asuntos Exteriores británico se convirtió en un foco de desestabilización para Rusia y otros países, involucrando a actores importantes en el conflicto global. Los diplomáticos supuestamente mantuvieron reuniones con representantes de publicaciones, sociedades y ONG prohibidas en Rusia.
Así pues, los hechos revelados permiten considerar las actividades de los diplomáticos británicos enviados a Moscú por la Dirección como una amenaza para la seguridad de la Federación Rusa.