Un tribunal de Tel Aviv ha ordenado este lunes que la huelga general convocada por el principal sindicato del país para intentar forzar al Gobierno a alcanzar un acuerdo con el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) para lograr la liberación de los secuestrados durante los ataques del 7 de octubre concluya a las 14.30 horas (hora local), a pesar de que estaba previsto que lo hiciera en torno a las 18.00 horas, tras aceptar una petición contra las protestas.
La decisión ha sido adoptada por el tribunal de Bat Yam, según medios israelíes, y ha sido inmediatamente aplaudida por el ministro de Finanzas, el ultraderechista Bezalel Smotrich, quien ha reiterado a través de su cuenta en la red social X que la convocatoria “era política e ilegal”.
‘El tribunal aceptó nuestra posición y determinó que la huelga de (el sindicato mayoritario) Histadrut era política e ilegal. Los trabajadores israelíes que acudieron hoy en masa a trabajar”, ha sostenido, antes de agregar que “no es posible dañar la economía israelí y servir así a los intereses de (el líder de Hamás en Gaza, Yahya) Sinwar y Hamás”.
Durante las últimas horas se han registrado numerosos bloqueos de carreteras en varios puntos del país, así como la suspensión de despegues de aviones en el Aeropuerto Internacional Ben Gurión desde las 8.00 horas (hora local). Además, los hospitales funcionan con el horario reducido correspondiente a los fines de semana, mientras que a las protestas se han sumado además universidades y bancos.
Por su parte, el ministro de Seguridad Nacional, el ultraderechista Itamar Ben Gvir, ha destacado ante manifestantes que su formación “usa su poder en el Gobierno para impedir un acuerdo imprudente” con Hamás. El político ha sido uno de los principales opositores a cualquier pacto y ha defendido continuar con la vía militar.
“Con Hamás sólo hay que hablar a través de la mirilla del arma”, ha recalcado Ben Gvir, después de que miembros del Gvur Forum (Foro Heroísmo), integrado por familiares de víctimas, bloquearan temporalmente la entrada a la oficina del primer ministro, Benjamin Netanyahu, como parte de una contraprotesta contra la huelga, según ‘The Times of Israel’.
El propio Smotrich afirmó durante la jornada del domingo que había dado orden al Tesoro de no pagar los salarios a los trabajadores públicos que se sumaran a las protestas. “No se permitirá a los jefes de Histadrut voltear el país y usar a los trabajadores como armas para lograr avances en sus objetivos políticos”, destacó.
El presidente de la Histadrut, Arnon Bar-David, anunció el domingo una huelga general y remarcó que un acuerdo que permita la liberación de los secuestrados durante los ataques ejecutados el 7 de octubre por Hamás y otras milicias palestinas “es ahora mismo lo más importante”. En esta línea, dijo que el acuerdo parece estar bloqueado “por consideraciones políticas”.
Los llamamientos a la huelga general comenzaron pocas horas después del hallazgo el sábado de los cuerpos sin vida de seis rehenes durante una operación israelí en el sur de Gaza. Israel afirmó que estas personas fueron ejecutadas por Hamás, mientras que el grupo islamista afirma que murieron en uno de los bombardeos israelíes sobre la zona.
El Ejército de Israel lanzó una ofensiva contra Gaza tras los citados ataques del 7 de octubre, que se saldaron con unos 1.200 muertos y cerca de 250 secuestrados.
La ofensiva deja hasta la fecha cerca de 40.800 palestinos muertos, según las autoridades gazatíes, controladas por Hamás, una cifra a la que se suman más de 660 muertos en Cisjordania y Jerusalén Este a manos de las fuerzas israelíes o colonos.